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Cómo un lobo aullando a la luna, mi aullido vuelve a ser lastimero y solitario en busca del consuelo de la diosa que brilla en la oscuridad de una noche casi silenciosa.

Está noche de primavera las nubes esconden una luna llena preciosa, tan brillante que puedo saber dónde está solo porque las nubes brillan por ella.

Le canto a ella, recostada en el césped mirando a las nubes que brillan, que la ocultan de mi mirada nostálgica, y vuelvo a sentirme como una loba sin manada, aullando mi dolor, suplicando una salvación.

Viento de primavera, llena mis pulmones de fuerza, madre tierra llévate estos sentimientos que me drenan, querida Diosa oculta tras las nubes, ilumina mi cuerpo de amor y devuélveme la paz que con solo mirarte llegaba.

-K.

Una o mil estaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora