Una o mil estaciones.

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Primavera cerro los ojos creyendo que la pastilla haría efecto más rápido, pero aquí estoy yo en otoño deseando que aquella capsula me haga dormir por lo menos una eternidad, deseando que el rojo pinte mi cuerpo, pidiendo que acabe con la presión, que borre los recuerdos, deseando decir adiós por fin y quizás ahora sea definitivo...

Porque a primavera le pesan los párpados, a otoño le pesa el alma e invierno intenta con todas sus fuerzas congelar las lágrimas, y verano trata de darle calor a quien ya está vacío.

El adiós es un anhelo que se me hace lejano, el amor se ha ido y viejos deseos han vuelto.

Primavera se alivia al recordar que sus viejas amigas siguen guardadas en aquella caja y puede volver a sentirse bien de la única manera que siempre supo.

Las estaciones se despiden de sus deseos, desear cambiar fue un error, que las sonrisas vuelvan junto al rojo bañado en el cuerpo.

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