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Tengo las palabras en la garganta y es que si las digo se puede marchar.

Todo esta bien, relativamente supongo, sostener su mano es algo común y normal, tan normal que sin ella me siento vacía igual que verlo cada día.
Me gusta mirar sus ojos cuando habla, porque puedo evitar su brillante sonrisa y ver la tristeza, me deja abrazarlo como si el fuera invierno y yo primavera, me abraza como si encontrará en mi lo que siempre estuve buscando en otros brazos.

La primavera sabe que el estómago no se me revuelve, pero el corazón se calma en su propia tormenta y se acelera cuando el esta demasiado cerca.
Yo que siempre me sentí invierno y el para mi siempre fue otoño me hizo darme cuenta que juntos las estaciónes se mezclan, que cuando podemos ser primavera lo somos y cuando el es invierno yo me convierto en verano para darle calor, que todo es inconsciente y que el destino me dice: ustedes ya se conocían desde varias estaciones atrás.

Invierno sabe que miedo no tengo a perderlo pero si a no verlo, que la vida le gusta jugar con los que han tenido que perderlo todo y que a pesar de no tener nada desea quitarles las esperanzas.
-A.

Una o mil estaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora