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Primavera había llorado en los brazos de su madre, lloraba como si le hubieran arrancado lo más preciado que tenía y así era.

Primavera sabía que lo había entregado todo y el tiempo junto con el destino le habían fallado, le habían hecho daño de una manera que nunca iba olvidar.

Primavera podía sonreír todos los días, reír de cada cosa y levantarse después de cada caída. Primavera traía flores nuevas, pero esta vez no, ella corto la flores, la arranco gritando y llorando, tormentas en pleno verano junto a un rencor y ganas de venganza.

Primavera perdió el control como cuando tenía seis años y su cable a tierra la había dejado, tal y como un niño se le vuela su globo. Primavera perdió el control, no sabía si amar u odiar, esperar... Ella quería esperar pero tormentas se desataban dentro, ella no se sentía como primavera porque las primaveras no destruyen, no desean el daño, primavera tenía dilemas y demasiada pena como para pensar con la cabeza fría.

Una o mil estaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora