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Esta primavera decidió sacar sus espinas más puntiagudas porque se ha vuelto más blanda, que llorar por veranos ya no quiere.
Que otoño sepa cuánto a sufrido por la pérdida de quien juro siempre estar ahí pero que le fallo en un tropiezo, torpe y casi invisible, que extraña las charlas a media noche y las historias sin nombres en tercera persona.
Que esto más que un escrito, es una verdad silenciosa... Esta primavera hecha de menos a una cabellera rubia con escudo brillante, que a pesar de los fallos los brazos siempre estarán abiertos.
Porque en inviernos ella nunca supo perdonar y en veranos no pudo callar, que la vida tiene muy poco sentido sin el sol que mantenía a primavera con los pies en el suelo.
Ahora todo se siente raro porque verano está junto a otro muy diferente y que primavera teme por ambos, sigue aferrándose a invierno para no saltar contra todo lo que teme.
Porque ella nunca aullo sola a la luna porque tenía un cuervo cuidandola en el cielo, aquel que voló cuando otro aullido se acoplo, marchó sin preguntar, sin decir adiós, sin importar que primavera se pudiera enterrar sus propias espinas al tratar de callar algo tan obvio. Como el dolor de una pérdida que creyó nunca pasaría.
-A.

Una o mil estaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora