Una o mil estaciones.

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Hoy duermo con música, porque el silencio me consume, los gritos me atrapan y la lluvia se apodera como si no hubiera fin, como si esto fuera la primera vez. ¿Quién dice que en primavera no llueve como si llamara invierno? Que otoño sigue botando las hojas de un día tormentoso, porque ya verano no calienta su propia sombra.

El silencio me consume los gritos y los golpes como cigarro expuesto al viento del huracan que arruina las vidas de aquellas almas sin sanar por completo.

Invierno me mostró que entre pasto seco nacen flores violetas, de esas que tanto ama otoño y que la banca vacía en medio de los árboles espera por primavera y sus sueños, que el silencio consume hasta el calor de verano sin piedad y la mano de alguien puede dar tranquilidad junto a la paz Infinita de un amor correspondido.

A pesar de que hoy me hundo en la pelea contra alguien de sangre, mis lágrimas no caerán al suelo porque me siento amada por la persona correcta y lo estoy dando todo para evitar la tormenta que siento en el pecho, que tengo el domingo para llorar y gritar porque muchas cosas volverán a cambiar, que a pesar de buscar pelea por cielo, mar y tierra podre levantarme porque no he perdido nada más que palabras contra quien perdió esperanza y anhelo de que algo en mi cambiará.

-A.