VII.

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 Anya escribió las anotaciones del profesor de historia que hablaba al frente, sobre un tema del que habían hablado antes pero que ahora se habían sumergido en detalles

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 Anya escribió las anotaciones del profesor de historia que hablaba al frente, sobre un tema del que habían hablado antes pero que ahora se habían sumergido en detalles. Ella había desarrollado el hábito de escribir todo en su libreta, un hábito que Damian le enseño, y que remarcara lo que el profesor decía con énfasis o repetía, porque seguramente vendría en el examen.

No le gustaba mucho estudiar pero se había esforzado todos estos años para llegar a donde estaba, no podía decepcionar a su padre ahora que estaban tan cerca.

Su padre no solía contarle mucho de los avances de la misión Strix, además que era una desventaja el que tuviera prohibido leer su mente, en ocasiones ella se metía a su cabeza, pero su padre cuidaba muy bien sus pensamientos, era demasiado hábil y cuidadoso desde que se enteró de su habilidad de leer la mente. En ocasiones le contaba de algunos movimientos o si se encontraban estancados en la misión.

En ocasiones le había informado a ella y a su madre que habría un operativo en cierta zona de la ciudad o que había unos rebeldes en la zona y que evitaran ir ahí. Pero fuera de eso, nada. Anya sentía que se estaba perdiendo de algo importante, algo grande podría estar pasando y más con el ascenso de Demetrius. Por lo que Anya estaba esforzándose a pesar de no conocer los detalles.

Demetrius Desmond, habían pasado unos días desde su salida y él había acordado en llamarle pronto. Algo que tenía sin cuidado a Anya, aunque se sentía un poco inquieta por su confesión y como debería comportarse a continuación ¿sus palabras deberían cambiar algo? Anya jamás hubiera esperado esa confesión en la salida.

Su principal razón para estar ahí era el poder leer su mente, por lo que una confesión había sido lo ultimo que había visto venir. Y la conmoción de no poder leer su mente fue la que la llevó a no pensar en la confesión hasta el día siguiente. Por lo que ¿Qué debería hacer? Esa noche le había dicho a Demetrius que esperaría su llamada, lo cual estaba lejos de lo que en verdad pensaba.

¿Debía actuar de una forma en particular? Debía preguntarle a Becky o es lo que se había fijado hace días, cosa que no había hecho. Anya tenía cosas más importantes en que concentrarse, como en sus tareas, en la ida a la casa de Becky ese día por una tarea y en el menor de los Desmond.

Sus ojos verdes se desviaron hacia el chico que estaba sentado a su lado, con su mano sosteniendo su barbilla y sus ojos cerrados, estaba dormido.

Si le preguntaran a Anya cuantas veces Damian se había dormido en clases o había demostrado su desinterés en las materias, ella respondería sin dudar que nunca. Jamás en todo los años que habían estado juntos él se había perdido de una clase o no hubiera estado anotando lo que el profesor decía. Era un alumno ejemplar, por eso había logrado ser un alumno imperial antes que ella.

Por lo que verlo de esa forma, tan desganado y adormilado era algo tan extraño.

Anya notó que el profesor observaba en su dirección y empujó con el codo a Damian, quien abrió los ojos inmediatamente con una mirada de alerta. Se movió, mirando hacia su libreta y tomando el lápiz que tenía a un lado, en un intento de pretender que estaba prestando atención y desviando la atención del profesor. Damian escribió unas palabras antes de que sus ojos volvieran a cerrarse.—Segundo ¿estas bien?

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