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Anya subió el ultimo escalón del edificio y abrió la puerta del departamento donde la familia Forger habitaba desde que la misión Strix inició

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Anya subió el ultimo escalón del edificio y abrió la puerta del departamento donde la familia Forger habitaba desde que la misión Strix inició. De niña siempre buscó aprovechar lo mejor posible su estadía mientras durara, pero actualmente y con su padre eligiendo quedarse con ellas, ahora podía verlo como su hogar.

—Estoy en casa

Dejó su sombrero en la entrada y avanzó por el pasillo con pesadez, había demorado más de la cuenta por las juntas de los imperiales, aunque agradecía que Damian siempre tomara apuntes y prestara atención a todo lo que decían.

—Anya

Escuchar esa voz hizo que se detuviera abruptamente y centrara su atención a la sala del departamento. La voz de su padre sonaba con un ligero sentido de alerta por lo que comenzó a pensar si había descubierto alguna travesura suya. Pero no tenía sentido porque se había comportado adecuadamente desde que se convirtió en una alumna imperial. Giró para encarar a su padre que estaba sentado en el sillón más alargado y enfrente de él, en el sillón más pequeño, estaba Demetrius Desmond con una taza de té en las manos y esa sonrisa arrebatadora a la que cualquier mujer caería.

—¿Demetrius?

—Es un gusto verte Anya

—¿Qué haces aquí?

Anya sintió su corazón acelerarse ¿acaso había descubierto lo del micrófono? No, de ser así no estaría sentado tan tranquilamente en su sala, de una forma tan relajada.

—He venido a verte —Él se levantó, caminando hacia ella y acariciando su cabello en un gesto cariñoso. —Y el señor Forger me ha recibido después del trabajo.

Anya observó a su padre en el sillón con una sonrisa cordial pero sabía que quería decir mucho más de lo podía.

—Ha llegado algunos minutos antes pensando que habías regresado del Edén.

—Si, creo que he calculado mal mis tiempos. —Demetrius admitió.

Anya y el mayor de los Desmond caminaron hacia el sillón y tomaron asiendo, Anya un poco más inquieta de lo que quisiera. Su mamá aún no llegaba, por lo que podía adivinar que había ido a buscar a Alain a la escuela o quizá salieron a comprar, por lo que Demetrius se había quedado ese tiempo solo con su papá.

—¿Hoy tienen algunos planes? Pensé que el baile era mañana. —Loid se animó a averiguar sobre la presencia del mayor de los Desmond en su casa.

—No, no tenemos —Demetrius observó a Anya mientras respondía. —Solo hice un pequeño desvió para ver a Anya. —Y le sonrió de aquella forma fácil y encantadora. —Solo tengo un momento, pero estaba por el área, así que quise aprovechar.

Loid dio un último sorbo al café que tenía entre manos, pensando en cada una de las preguntas de Demetrius.

—Entiendo, de igual forma Anya tiene clases mañana y de seguro usted estará lo suficiente ocupado. — Twilight estaba cortando de esa forma con esa visita que tomó por sorpresa a los dos y que había tensado el ambiente.

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