Su mirada estaba perdida en algún punto en la pared, sin poder conectar algún pensamiento en su cabeza, solo lo suficiente distraída de la realidad para poder prestar atención a cualquier cosa. Había estado lo suficiente distraída desde el fin de semana, con tantas ideas y ninguna conectándose en su cabeza, pero con una escena materializándose una y otra vez.
—¡Cuidado!
Anya regresó de sus ensoñaciones, giró el rostro lo suficiente para ver como la pelota se aproximaba hacia ella. Sus movimientos fueron lentos, por lo que terminó con la pelota impactando en su rostro. Perdió el equilibrio súbitamente y terminó cayendo al suelo, golpeándose el trasero por el impacto.
—¡Anya! —La voz de Becky resonó más cerca.
Cuando una mano tocó su rostro y fijó su atención en la persona enfrente, pudo ver los ojos ámbar penetrándola en la más exquisita miel.
—¿Estas bien? —Él tocaba su rostro en señal de buscar alguna herida.
—Si, yo...
Damian giró el rostro para ver al chico de su salón que había lanzado la pelota y había golpeado a Anya. Le dedicó la mirada más mortífera y venenosa que pudo, dejando en claro que se encargaría de destruirlo por atreverse a tocar su rostro.
Anya sintió de nuevo la mirada masculina encima suyo y apartó la mirada avergonzada, quitando el rostro para que él no pudiera tocarla, acto que lo desconcertó. En ese momento llegó Becky, que se había sorprendido del nivel de desplazamiento de Damian. Él estaba al otro lado de la cancha, por lo que el verlo aparecer a un lado de Anya antes que ella, que estaba lo suficiente cerca, dejó en claro que si se trataba de Anya, él jamás se limitaría.
—Atrás Desmond. —Becky se arrodilló enfrente de su amiga, llamándola y tocando su rostro, gesto que Anya aceptó gustosamente.
Algo que causó cierto malestar en Damian al ver como ella no aceptaba su preocupación.
—Llévala a la enfermería.
—No necesitas decírmelo.
Becky ayudó a Anya a levantarse y se dirigieron a la enfermería, donde la enfermera le colocó una crema en su rostro por el futuro dolor y una bandita en la nariz para raspar el golpe de la pelota.
—Quédate descansando un momento, quiero asegurarme que todo va bien, en un momento regreso. —La enfermera indicó antes de salir.
Anya movió sus pies en el borde de la cama sin decir una palabra a su amiga y se centró en ver a través de la pantalla.
—¿Qué sucede Anya?
—¿A qué te refieres?
Becky se llevó un dedo a su barbilla de forma pensativa, ella estaba esquivando sus preguntas. Aunque lo que de verdad le interesaba no era el golpe en su rostro que a pesar de haber sido fuerte, sabia que estaría bien, sino el comportamiento que había visto con Damian.
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Haunted
FanfictionDamian había guardado sus sentimientos por Anya durante más de diez años, tiempo en el que no se había atrevido a decir algo. Pero la relación que tenían a ese punto era realmente buena, solo debía dar ese último paso. Pero las cosas no solían sali...