XXI.

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Anya sentía los latidos fuertes contra su pecho y no podía dejar de sonreír, se sentía tan extraña, algo que jamás pensó en vivir y que nunca fue de su importancia

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Anya sentía los latidos fuertes contra su pecho y no podía dejar de sonreír, se sentía tan extraña, algo que jamás pensó en vivir y que nunca fue de su importancia. No prestaba mucha atención cuando Becky hablaba de la serie que veía, porque le resultaban indiferentes... pero ahora ella podía entender un poco las cosas.

—¿Qué se supone que haces?

Eso fue suficiente para que Anya entrara en cuenta del infante que era su hermano recostado en la cama, viendo televisión. Sus piernas estaban apoyadas en la pared y veía la tele boca arriba, tenía una bolsa de frituras y varias barras de chocolate cerca.

—¿Cuando llegaste aquí?

—Antes que tú, por supuesto —Alain giró los ojos ante esa respuesta tan obvia. —Me encontré a nuestros padres hace un rato, están buscándote, bueno a ambos, porque no fuimos a cenar.

Anya recordó que le había prometido a Alain que regresaría por él, se suponía que solo iba por un poco de agua. Sin embargo, todo se había descontrolado... a su mente regresó la escena que momentos antes había pasado en el cuarto de Damian y sintió el rostro caliente.

—¿Me delataste?

Alain sonrió de forma perversa, tan similar a la misma Anya, había aprendido de la mejor.

—Traidor. —Anya debía cuidar de Alain, por lo que dejarlo solo y que sus padres se enteraran la metería en problemas.

—Les dije que nos entretuvimos en el arcade y que fuiste por algo para comer. —En su rostro estaba escrito una frase "me debes una" —Pero me pidieron que te buscara, creo que quieren hablar con nosotros.

Anya sintió como el ánimo anterior se bajaba, porque eso no podía significar buenas noticias. Al menos su experiencia haciendo travesuras y su padre reprendiendola era un ejemplo. No sabía que tan urgente era, pero el ver a su hermano tan tranquilo viendo la televisión, le dejaba en claro que él no estaba para nada preocupado, quizá sus padres no estaban enojados.

Sabía que querían dar una buena imagen a la familia Desmond, a fin de cuentas los invitaron a ese viaje con los gastos pagados. Alain giró en la cama hasta ponerse de pie. Anya sabía que era momento de enfrentar lo que fueran a decirles, aunque el faltar a una escena no era un crimen grave, contaba que fuera simple curiosidad sobre porque no asistieron.

Salieron de la habitación y caminaron por el mismo pasillo hasta que alcanzaron la puerta de sus padres. Anya esperaba que estuvieran ahí, era de noche, aunque le pareció escuchar que irían al casino con Melinda. Levantó su mano para tocar pero se sorprendió al ver a Alain abrir la puerta sin dudar y entrar a la habitación.

En ese punto todo sucedió muy rápido, Anya vio a sus padres enredados entre las sábanas, quienes palidecieron a tal grado de verlos ahí, que Loid terminó en el suelo y Yor se escondió entre las sábanas. Anya inmediatamente cerró los ojos y cubrió con sus manos los ojos de Alain.

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