Ya verán, ¡con esta tirada yo ganaré! -dijo Lincoln. Luego, lanzó los dados con tan buena suerte, que cayó justo en la casilla final.
Un coro de bufidos resonó en toda la sala, pero el grito de victoria del único varón Loud se elevó por encima de todo.
- No cantes victoria - dijo Lori -. Tienes que cumplir el reto. ¿Qué dice la tarjeta, Leni?
-Debes besar en la boca a la persona que te gusta - leyó ella.
Los ululatos se escucharon en toda la estancia. Solo Lincoln y Lynn permanecieron callados y sonrojados.
- Bueno -dijo Lori, con una sonrisa de suficiencia-. Somos tus hermanas, así que la frase "te gusta", no aplica en este caso. Te lo dejo en un besito a aquella de nosotras a la que te sientas más unido... si te atreves.
El ululato subió de tono. Todas estaban a la expectativa de lo que haría Lincoln.
De pronto, el chico se decidió. Tomó a Lynn por sorpresa, y le dio un suave beso en los labios.
Aquello se convirtió en un manicomio.
***
Lincoln desocupó el sanitario y se dirigió a su cuarto. La mejilla todavía le dolía, y tenía los dedos de Lynn marcados en la cara.
Se sentía un poco apenado, pero no del todo. Había recibido un golpe, pero valió la pena. Era ya mucho tiempo de amar a su hermana en secreto, y nunca antes había tenido una verdadera oportunidad de hacer un acercamiento.
Nunca pensó que los labios de Lynn fueran tan suaves.
El dolor del golpe se le pasaría. La sensación de su boca cubriendo la de su hermana, jamás.
Entraba a su cuarto cuando sintió que una mano lo sujetaba, sin darle ninguna oportunidad para reaccionar.
- ¡Ven acá, tonto!
En un solo movimiento, Lynn lo lanzó a la cama, cerró la puerta, la aseguró y se subió sobre él. Lo sujetó por los hombros, quedando a horcajadas sobre su cuerpo.
Lincoln estaba espantado. Abrió la boca para gritar, pero la mano de Lynn se lo impidió. Ella acercó su rostro hasta quedar a unos cuantos centímetros del suyo.
- Ahora me lo vas a aclarar todo, pasmarote. ¿Qué pretendías con... con lo que hiciste? ¿Te estabas burlando de mí?
Le destapó la boca, y Lincoln escupió las palabras tan rápido como pudo.
- ¡No, Lynn! Te lo juro. Nunca hubiera querido avergonzarte... Es que.
- ¿Qué? ¡Dime, o te juro que te tumbo todos los dientes de enfrente! -exigió la chica, a la vez que lo sacudía por los hombros.
- ¡No! No Lynn... ¡Perdóname, pero! Es que no sabía cómo...
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando, Lincoln?
- ¡No sabía cómo decirte que me gustas! ¡Lo siento!
Lynn se detuvo en seco. Su rostro denotaba desconcierto y sorpresa.
- Entonces... ¿Es verdad? -dijo, como si no pudiera creerlo.
Lincoln desvió la mirada y asintió. Ella le tomó la barbilla y lo obligó a mirarla.
- ¿Es verdad? -insistió ella, y parecía perforarlo con la mirada.
- Sí, Lynn. Perdóname, pero... Sí. Me gustas mucho.
El rostro de Lynn se ensombreció. Sus ojos se humedecieron, y sus labios se apretaron.
- ¡Te voy a...
Levantó la mano, aparentemente lista para golpear. El chico cerró los ojos, anticipando la furia que se iba a descargar sobre él. Pero se sorprendió cuando ella lo tomó de las mejillas y lo besó en la boca.
Seguía sorprendido cuando ella se separó. Lynn estaba agitada y sonrojada como nunca antes la había visto.
Estuvieron largo rato contemplándose. El semblante de Lynn se relajó, y su rostro se iluminó con una tímida y encantadora sonrisa. El muchachito comprendió, y sintió que explotaría de felicidad.
- ¡Lynn! ¿Entonces, tú también...
No terminó la frase. Su hermana lo silenció con un beso lento y profundo; que poco a poco se hizo apasionado.
Lincoln se dejó llevar por el beso, y extendió sus brazos para rodear el flexible y hermoso cuerpo de su hermanita. No podía creer que aquellos labios tan deseados al fin devoraban los suyos...
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The Loud House: minirelatos e historias cortas
FanfictionUna colección de historias sobre la serie The Loud House.