The Loud House: minirelatos e historias cortas

Don't stop believing (Lunacoln)

Luna estaba preocupada y triste.

Había visto llegar abatido a su hermanito. El único varón de la familia. El eje y sostén de todas las chicas Loud, aunque a tantas y tantas veces les costara trabajo admitirlo.

El muchachito había entrado a la casa tan calladamente como pudo, procurando no llamar la atención. Afortunadamente, ese día y a esa hora, solamente ella, sus padres y Lily estaban en la casa.

Lincoln casi había logrado su objetivo y estaba a punto de entrar a su cuarto. Pero en ese momento, Luna salía de su habitación y se topó casi de frente con él. No se le escaparon la tristeza de su mirada. Su semblante abatido y sus ojos vidriosos.

- Hey, Bro. ¿Qué te pasó? -le dijo, preocupada.

- No me fue bien, Luna. Si me disculpas, quiero estar solo -respondió el chico en un susurro.

- Fue Ronnie Anne, ¿verdad? -dijo Luna, recordando el motivo de la salida de su hermano y el tremendo alboroto que eso había ocasionado en la casa.

Lincoln solo asintió. Entró a su habitación y cerró suavemente la puerta.

Luna se quedó en el pasillo.

La rockera se sentí mortificada. No tanto por el fracaso amoroso de su hermano, sino por la terrible tristeza que era evidente en su rostro.

De toda su familia, era a su hermano a quien más odiaba ver sufrir. El chico era tan tierno, atento y servicial con todas... Siempre estaba ahí para ellas, y a las chicas casi siempre se les olvidaba que él también tenía necesidades y sentimientos.

Pero además, Desde tiempo atrás, Luna sentía algo más por su hermanito. Algo que iba más allá del amor fraternal y la hermandad.

Ella ni siquiera estaba segura de cuándo se había gestado aquello. Se volvió mucho más fuerte cuando Lincoln la apoyó y consoló después de su fracaso amoroso con Sam, pero era evidente que el sentimiento surgió mucho antes.

¿Fue cuando solo era un precioso bebé de cabello blanco que le robó el corazón con sus cálidas sonrisas?

¿Fue una de tantas veces en que lo llevó al parque, sosteniendo su manita mientras se deshacía en sonrisas y cumplidos hacia ella?

¿O fue cuando ya crecidos, se dio cuenta de que a pesar de su egocentrismo, su hermano siempre tenía un tiempo y espacio en su corazón para ella?

Poco importaba. Había pasado mucho tiempo lidiando con esos sentimientos. Ocultándolos, negándolos. Intentando tratar a Lincoln con naturalidad. Pero esto...

No. Ya no era posible. ¡Al diablo las convenciones y los atavismos! Su hermano la necesitaba. Y sabía exactamente cómo podía animarlo.

***

Lincoln lloraba en su habitación. Estaba seguro de que todo saldría bien. De que Ronnie Anne por fin correspondería a sus sentimientos. Pero el tiempo y l distancia habían obrado su hechizo de energía negativa.

Ella se había enamorado de otro chico. Y ya estaba de novia con él.

¡Dolía tanto! Pero al fin todo tenía sentido. Las llamadas tan espaciadas... La frialdad. La casi ausencia de sentimientos.

¿Qué hacer? Se sentía tan solo y vacío. Tan desesperado. Nunca había vivido un dolor tan intenso, y no tenía idea de cómo reaccionar.

Y en ese momento, la puerta de su cuarto se abrió. Lincoln no se dio cuenta hasta que escuchó el sonido de la guitarra eléctrica de su hermana. Curiosamente, no era el sonido salvaje y poderoso de sus canciones habituales. Era algo más parecido a una balada rítmica, de hermosa cadencia. Tras unos cuantos compases, la voz clara de su hermana empezó a entonar dulcemente:

Just a small town girl

Livin' in a lonely world

She took the midnight train goin' anywhere...

Just a city boy

Born and raised in south Detroit

He took the midnight train goin' anywhere...

Lincoln se quedó con la boca abierta. Jamás pensó que su hermanita fuera capaz de dedicarle esa canción. La hermosa voz de luna se perdió en un breve solo de guitarra y volvió a cantar con alegría y energía renovada.

Era tan hermoso...

Su hermana reparó en su cara de asombro, le guiño un ojo y le dedicó la más hermosa de sus sonrisas. Se veía tan linda, que Lincoln se olvidó de su pena, secó sus lágrimas y sintió que sus mejillas adquirían un color sonrosado.

Luna se alegró sobremanera al percatarse de la reacción de su hermanito. Se sintió feliz de reconfortarlo y alegrarlo. Pero no por eso dejó de cantar.

Strangers waiting

Up and down the boulevard

Their shadows searching in the night...

Sin darse cuenta, el muchachito comenzó a moverse al ritmo de la música. Y justo después de que terminara el coro, se había levantado de su cama y unió su voz a la de su hermana mayor.

Working hard to get my fill

Everybody wants a thrill

Ambos se vieron arrastrados por la letra y la música de la hermosa melodía. Lincoln jamás pensó que su hermanita pudiera poner tanto sentimiento un una canción que no fuera de rock pesado. Y Luna, radiante de felicidad al mirar a su hermanito tan animado, se dejó llevar por el sentimiento.

Sus rifts de guitarra nunca tuvieron más sonoridad. Sus voces se retroalimentaron, subiendo en una espiral de ganancia infinita hacia la propia cúspide de sus sentimientos.

Don't stop believin'

Hold on to the feelin'

Streetlights, people

La canción se prolongó. Estaban tan embelesados por la magia de la melodía, que repitieron el coro por lo menos diez veces. Ninguno deseaba que la canción terminara. En parte por el encanto. Pero en parte porque ambos sintieron que sus emociones mutuas, reprimidas durante tanto tiempo, acabarían por salir a la luz.

Finalmente, no pudieron más. Con los ojos llenos de lágrimas, Luna dejó caer su guitarra y se lanzó a los brazos de su hermano. Él a recibió feliz, estrechando su delgado cuerpo y llenándose de su aroma y su calor.

- Hermanito -dijo ella sin soltarlo. Recuerda que, pase lo que pase, siempre me tendrás a mí. Te amo más de lo que imaginas, y siempre querré verte feliz.

Y llevada por el sentimiento, se atrevió a dar un ligero beso en los labios de su hermano. Lincoln no se incomodó ni se sorprendió en o lo más mínimo. En ese momento parecía tan natural, que un momento después le correspondió a su linda hermana mayor exactamente de la misma manera.