Sentada en su mesa de trabajo, Liby Loud tenía cara de fastidio. Esperaba que, al cambiar a la enseñanza media, se acabaran cosas tan aburridas como las composiciones. Pero he ahí que estaba atrapada en el mismo reto estúpido de todos los años: una composición de 600 palabras con el tema: mi familia.
Se revolvió en el escritorio, pensando en abordar el trabajo con la misma cantilena de todos los años. Pero estaba tan aburrida que se puso a pensar en su madre, y sus guiones de televisión.
¿Cómo redactaría ella la composición?
La idea la hizo sonreír. Sin darse cuenta, sus dedos comenzaron a deslizarse sobre el teclado de la computadora.
Breve historia de mi familia
Érase que se era, en el Reino de la Normalidad, una linda familia que hacía del caos una forma de vida. Mamá y Papá solían desaparecerse, y dejar que los niños gobernaran la casa. Y cuando los once chicos gobernaban la casa, cualquier cosa podía suceder.
Once de familia en un reino en que la norma eran 2 hijos por mujer.
Diez chicas y un chico. Un hermoso niño albino que era el ayuda de cámara de todas la hermanas. Estas no lo trataban muy bien, pero a veces eran cariñosas y consideradas con él. Sobre todo cuando les remordía la conciencia, por lo abusivas que llegaban a ser.
El guapo chico peliblanco estaba acostumbrado a todo, y había aprendido a vivir y ser feliz de esa manera. En su interior, presentía que alguna recompensa llegaría a su vida. Lo que nunca imaginó, era que la recompensa estaba mucho más cerca de lo que él creía.
Una de las hermanitas, enamorada de las bromas y la comedia, ocultaba dos oscuros secretos: un carácter fundamentalmente depresivo que enmascaraba con sus bromas tontas, y su amor secreto y prohibido por el hermoso chico peliblanco que solo por casualidad era su hermano.
Adoraba su cara, sus manos... su sentido del humor. Adoraba el piso por el que caminaba y todos los momentos que le dedicaba. Pero la pobre chica sabía muy bien que su amor era prohibido, y lo ocultaba haciéndole las bromas más feroces y sangrientas.
Un buen día, la bella muchacha castaña se propaso con una broma y lastimó seriamente a su hermanito. Brutalmente arrepentida, lo cuidó y le ayudó en todas sus necesidades. Como el chico no podía utilizar sus manos, eso incluía... ya saben. Ayuda para acudir a lugares a los que normalmente se va solo.
La muchachita castaña estaba muy arrepentida. Le pedía perdón a su hermano todo el tiempo. A todas horas. Hasta que un día, cuando la muchacha estaba más triste y el muchachito más mortificado por verla sufrir, se abrazaron entre lágrimas y la bella muchacha confesó. El guapo muchachito peliblanco se sintió enternecido, y fue la primera de millones de veces que los labios de los niños se juntaron.
Pero la cosa no se detuvo allí, sino que progresó y progresó. Los hermanitos se ocultaban tras la fachada de su mágica hermandad, mientras caminaban y se besaban tomados de las manos. Y pronto, pero muy pronto; a las manos siguió todo lo demás. Disfrutaban de las glorias del amor y del sexo mientras construían hermosos castillos en el aire.
Y he ahí que un fatídico día, un horrible dragón de cabello rubio vino a derribar sus castillos imaginarios. Con el fuego de su rencor intentó destruir los hermosos lazos que los unían. Llamó a todos sus aliados, y muy pronto una tropilla de nueve dragones estaba presta para acabar con la relación prohibida de los jóvenes princesos.
Pero gracias a su valor, su determinación, y la ayuda de una pequeña amazona castaña y un ángel de rubia cabellera, lograron triunfar al final. Un supresor de genes letales ideado por la pequeña amazona les permitió cohabitar, tener una vida juntos, y una hermosa princesa cuya belleza y buen humor no pueden ser destruidos ni siquiera por el pavoroso aparato de ortodoncia que necesita utilizar.
Hoy, los hermosos princesos son los reyes del Reino de la Normalidad. Tienen trabajos exitosos y una niña que los adora. La madre es la reina de la comedia televisiva, y el padre un exitoso empresario líder en la distribución de cómics.
Y colorín colorado, este cuento no se ha acabado.
Liby repasó la composición: le faltaban unas cuantas palabras. La maestra toleraría eso, pero sabía muy bien que jamás se atrevería a mostrar esa historia en clase.
El problema es que le gustaba, y mucho. Así que decidió guardarla. Fue a la bodega para buscar unas tijeras y cinta adhesiva.
Cuando llegó a la sala se encontró con que sus padres ya habían llegado; y estaban en una situación un tanto embarazosa. Se besaban con la intensidad propia de dos adolescentes, y sus manos habían bajado mucho más allá del sitio donde la espalda perdía su nombre.
La chica se sonrojó, pero a la vez se sintió enternecida y feliz. Los miró alternativamente, incapaz de decidir a cuál de los dos amaba más. Su madre era una eterna fuente de risas y alegría. Y su padre, un templo fortaleza, dulzura y apoyo.
Eran los mejores padres que una chica podía tener. Por eso, cuando se vieron en la necesidad de explicarle su verdadero origen, Liby solo se sintió un poco sorprendida. El hecho de que fueran hermanos no cambiaba lo maravillosos que eran; ni la hermosa vida que habían construido para su familia.
Carraspeó levemente, tan solo lo necesario para que sus padres se separaran. No les dio tiempo para decirle algo, porque enseguida se abrazó a los dos.
- No se preocupen por mí -dijo la pequeña-. Sigan. Yo solo... quería abrazarlos. Me encanta que se amen.
Enternecidos, Lincoln y Luan abrazaron fuertemente a su muchachita, y la besaron cada uno en sus tersas mejillas. El aparato de ortodoncia los rozó ligeramente, pero ellos solo emitieron una risita.
Liby tuvo que hacer una nueva composición, pero no importaba. Era necesario proteger a los que amaba. ¡Hay tantas cosas que el mundo no necesita saber! Los dragones rubios se esconden bajo las piedras, a la vuelta de cada esquina... Y siempre están listos para atacar.
Ella era la nueva amazona castaña, dispuesta a cuidar del amor de sus padres para siempre.
Después de todo, ellos siempre la habían hecho feliz.
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The Loud House: minirelatos e historias cortas
أدب الهواةUna colección de historias sobre la serie The Loud House.