CAPITULO 21

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—Enserio que soy una estúpida por creer en ti por un segundo.

Ver la cara de esa mujer solo me trae los malditos recuerdos de esa noche en que lo encontré infraganti con ella en su departamento. Víctor me toma de la muñeca para que no me mueva de mi lugar.

—¿Qué hace esta chica aquí?

—Lo mismo me pregunto yo —murmuro molesta y el me mira en advertencia —Es la verdad y no me mires así.

—Cuando me llamaste para que habláramos sobre nosotros...

—¡Ah, así que el fue quien te llamó! —me cruzo de brazos —Bueno, entonces yo me voy....

—Tú te quedas aquí. —Víctor reafirma su agarre —Entiendes.

En verdad que esto comienza a fastidiarme demasiado ya que no me suelta, el le llama para hablar sobre "ellos", yo no tengo porque estar presente pero quiere obligarme a que este con ellos.

—No tienes algo más...importante que hacer. Ya que Víctor y yo tenemos mucho de que hablar... —en verdad esta mujer me esta provocando —Ah, no me digas que has venido por dinero. No te rebajes a pedir que el no te dará ni un centavo.

Cabreada por rebajarme a una prostituta, me solté bruscamente de su agarre, me acerqué lo suficiente para encararla, ella ladea una sonrisa cuando me tiene de frente.

—¿Qué pasa? ¿acaso te dolió la verdad? —suelta una sonrisa sarcástica —No te hagas ilusiones con él, puede que estemos separados, pero como viste esa noche... lo nuestro va mejorando y tú, no serás mas que una aventura pasajera, si no ¿Por qué me llamaría?

—No será que te llamó para decirte que estamos casados. —su rostro se desencaja por completo.

—¿Qué? No. Estas mintiendo.

—Ups, —finjo sorpresa, cubro mi boca con la mano que traía el anillo puesto, ella lo observa y la ira se refleja en su rostro—Perdón acabo de arruinar la sorpresa que mi... esposo, tenía para ti.

Ella me empuja cabreada haciéndome aun lado, rabiosa le pregunta si es verdad y el me mira a mi, ladea una sonrisa mientras se acerca a ella, toma su mentón y le susurra algo en su oído y eso me desagradó porque no odio verlo cerca de otra mujer.

Carraspeo mi garganta para que se aleje de ella, me mira desafiante y al poco tiempo se aleja y la mujer sale echa furia de la casa, siento que se acerca a mi por detrás, sigo el auto de la mujer hasta que se pierde de mi vista, siento su nariz en mi cuello rozando suavemente

—Fue mas de lo que esperaba. —intento quitármelo de encima pero es mas fuerte que yo —Eres mas celosa de lo que pensé.

—No creas que estoy aceptando esta relación. Tu y yo, no somos nada. —El me hace girar, su rostro estaba frente al mío, demasiado peligroso para mis emociones. —¿Qué haces?...

—Dímelo a la cara. Si puedes hacerlo, entonces lo creeré.

Paso saliva mientras siento que se acerca mas en cada segundo. Mi respiración es dificultosa así que escapé de su prisión lo más rápido que pude y me aleje de él lo suficiente para mantener mi mente despejada.

Mantiene una sonrisa muy amplia en su cara porque supo enseguida con mi escape que tiene razón, no es lo que pienso y aunque estoy molesta por lo que hizo, al mismo tiempo estoy feliz porque es mío y puedo reprocharle lo que se me de la gana, no puede estar cerca de otra mujer.

—Lo que hiciste solo me traerá problemas y lo sabes.

—Lo solucionaremos.

—No es así de fácil, están mis padres, en especial papá, ¿te puedes imaginar lo que te hará cuando descubra lo que hiciste?

—Sabes que nada me intimida.

—¿Qué demonios sucede contigo? A penas nos conocemos, no sabes nada de mi y yo no se nada de ti. No se te pudo ocurrir algo menos...

—No. En el tiempo que tengo conociéndote y en lo que investigué de ti, sé lo obstinada y orgullosa que eres, sabia que no querrías volver acercarte a mí, así que no me dejaste otra opción. —se vuelve a acercar a mi así que me vi obligada a retroceder. —Y créeme que esta decisión, te costará muy caro, Mey, porque casarme, no era lo que quería, pero te metiste en mi mente como no tienes una idea. —me besa castamente como una especie de premio para él. —Es hora de dormir, amor.

—No me llames así.

—Como quieras, por cierto, será mejor que le llames a Clark por tu renuncia.

—¿Qué? No voy a hacer eso.

—Lo harás. —sentencia con frialdad —No dejaré que mi esposa trabaje para otro hombre. Prefiero tenerte conmigo en la empresa que lejos en compañía de Clark.

—¿Acaso... estas celoso?

—¿Por qué estaría celoso si ya eres mía?

Eso no fue agradable, no soy un maldito objeto de colección. Cabreada, por la forma en que me esta tratando me hice la dormida para que no me molestara, de alguna forma, pensé que me buscaría, que me abrazaría por dormir en la misma cama, pero no fue así, durmió todo el tiempo de espaldas y yo también. "no era lo que pensé que pasaría"

A tempranas horas de la mañana Sali de esa casa, por supuesto que un hombre no me dejó salir ya que "la esposa de el señor Santoro no puede andar sola por las calles" para mi eran patrañas, en fin. Tuve que ir con mi jefe y decirle que renunciaría, por supuesto que me pidió una explicación pero por lo que pasó anoche ya que fue extraño así que tuve que decirle que fue una broma de su parte porque yo le había hecho una antes.

Asi que retomé mis clases suspendidas y continué con mi trabajo por la noche en la pizzeria.

—Mey, ¿puedes sacar la basura?.

—Si claro.

Salí afuera y tiré la basura pero al bajar la tapa del basurero casi me da un infarto cuando veo a Víctor a un lado.

—¡Pero que demonios sucede contigo ¿Me quieres matar de un infarto o que?!

—¿Qué haces aquí?.

Muevo mis ojos confundida por su estúpida pregunta.

—Ahh!.. no es obvio, trabajando.

—No lo necesitas.

—Claro que sí. O de lo contrario como pagaré mi universidad. —iba a entrar pero el me toma del brazo —Oye, suéltame.

—Eres mi esposa ahora. Compórtate como tal, no necesitas trabajar porque yo puedo...

—Ni se te ocurra decirlo —dije molesta —No quiero que los demás piensen que me case contigo por tu dinero. Solo piensas en ti pero no piensas en los demás, ¿acaso pensaste en lo que van a decir de mi cuando sepan que estamos casados?

—Eso no es importante.

—Por supuesto que si. —un flash me ciega por un momento, cuando el voltea hacia sus espaldas se molesta tanto —¿Quién era?

—Lo que me faltaba. —murmura molesto. —Eres increíble. Primer día y ya me causas problemas.

Un nudo se forma en mi garganta por lo cruel que fue al decir eso, ¡como se atreve a decirme eso cuando fue él quien empezó todo esto!

placer Ilicito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora