placer Ilicito

CAPITULO 32

MEY

Creí que mi padre tenía razón, que lo que sentía por Víctor solo era una simple aventura que solo alejándome lo suficiente, podría sacarlo de mi mente y de mi corazón, pero ahora me doy cuenta que mi amor era tan fuerte que por dos años no dejaba de llorar por haber descubierto que jamás me quiso y que solo fui un experimento para darle una lección a su ex esposa

Esa noche jamás lo olvidaría porque fue el fin de una estúpida relación sin sentido y el inicio de una nueva vida para mi, logré graduarme de la universidad en París, hice mi vida nuevamente comencé desde cero, lo único que no pude fue, sacarlo de mi corazón completamente, pero es mejor así ya que será un buen recordatorio que nada es un cuento de hadas

Esa noche les dije todo a mis padres, pensé que me echarían o se decepcionarían de mi, en especial papá, pero solo dijo "La vida es de cometer errores, si no, jamás aprenderemos a saber lo que es bueno y malo para nosotros"
Ellos fueron de gran ayuda para mi así que acepté lo que ellos decidieran para mí y ahora... ayudo a los que lo necesitan y eso ha enorgullecido a toda mi familia, soy quien soy gracias a ellos, "Y pensar que estuve a punto de abandonarlo por él" pero cuando estuve por rendirme, Clark me apoyó, fue casualidad cuando lo vi perdido por las calles de París, desde entonces nos mantenemos en contacto como buenos amigos y mis pequeños gemelos aman su compañía.

—Pensando otra vez, Romero.

Veo al medico y compañero de trabajo, ladeo una sonrisa porque siempre está cerca cuando estoy sola.

—Ya no me sorprende verte cuando estoy sola Matt

He salido un par de veces con él, pero... ha sido aburrido, incluso el sexo es deprimente, nada de lo que buscaba, ha sido claro conmigo desde el principio de lo que quería pero yo no estoy para una relación formal con nadie, prefiero el sexo por placer y seguir mi vida como hasta ahora, sin nadie que me diga lo que debo hacer.

—Oye...¿has pensado en lo que te dije?...

Me levanto de mi lugar al ver que se me hacia tarde

—Sabes mi respuesta, así que no hay nada de que hablar, —fuerzo una sonrisa —Nos vemos.
Los hombres te prometen el cielo y la tierra, te hacen amarlo para después de que te tienen en sus manos, pisotean tus sentimientos sin piedad, no les importa tus sentimientos, solo piensan en ellos mismos así que he decidió hacer lo mismo, nada es igual cuando te destruyen, yo lo aprendí por las malas pero agradezco que fuera de esa forma porque ahora soy una mujer diferente a la que todos conocieron
Siempre me mantengo en contacto con Erika, nuestras diferencias quedaron atrás después de lo sucedido, sé que ella y Lucas se casaron después de que Marilú, su hija naciera, estoy felices por ellos ya que al menos sé que Lucas no es tan patán como pensé, adora a su hija y a mi amiga.

Me han comentado de como esta las cosas por allá y que Víctor se volvió más odioso que antes pero yo fui honesta y les dije que no era así, que solo volvió a ser el mismo sujeto frío y calculador de antes, el jamás cambió ni cuando vivimos juntos, alguien como él jamás podría cambiar

"Hablando de ellos"

Tomo la video llamada de Erika, al verla limpiando la cocina sonrío ya que antes lo odiaba, y ahora es demasiado estricta con el aseo y el cuidado de su hija, ella también logró graduarse pero tuvo que renunciar a su trabajo porque no querían que nadie tuviera influencia sobre su hija, pero conozco a mi amiga y sé que lo que no quiere es que una chica joven se acerque a su marido, no se como pero logró ingeniárselas para trabajar desde casa y también ser la secretaria de medio tiempo de Víctor.

—¡Amiga, luces genial! Mírame a mí, echa un desastre.

—No digas eso, también te ves genial. Porque nadie haría todo lo que tu haces.

—Hay.. si sigues así me subirás demasiado el autoestima. —hablar con ella me es alentador —¿Aún sigues trabajando?

—Estaba a punto de irme... —frunzo el ceño cuando veo a la hija de Víctor, y si ella está ahí, el también está cerca. —¿Esta Víctor ahí?

—Ehh... si, pero no te preocupes, ya se va, mejor dime ¿Cómo están?... —escucho que la puerta se cierra detrás de ella y luego a Lucas preguntarle algo —Si.. es ella. Oye... Lucas quiere saludarte.

—¿Mey?

—Hola, Lucas. —sonrío de forma burlona al ver que tiene comida en su mejilla. —Tienes... algo en..

El se ríe y dice que su hermana lo hizo jugando, al verlos juntos bromeando por eso me hizo sentirme algo triste, pero es un sentimiento que jamás demostraré ante nadie, ellos preguntan por mi porque saben que aún me sigue afectando lo de Víctor.

—¿Y como están Ada y Adriel?

—Están bien, ahora iba de salida porque les prometí ir al cine por una película infantil que está en estreno. Les diré que les enviaron sus saludos.

—Mey... se que no quieres... pero no crees que mi padre debe saber de ellos, son sus hijos después de todo.

—Lucas, él fue franco conmigo al decirme que no quería más hijos y que no lo aceptaría, así que no tiene caso que lo sepa, no quiero que ellos conozcan a un padre que los rechaza, prefiero que sigan creyendo que esta de viaje.

—Pero cuanto crees que dure esa mentira, están por cumplir cinco años pronto y son muy inteligentes...

Erika empuja a Lucas molesta

—Lo siento amiga, no quisimos incomodarte con el tema...

—Descuida.

Me despido de ellos y cuelgo la llamada, inhalo profundamente y luego exhalo mientras controlo a mi corazón porque pensar en que él deba decirle que tenemos gemelos, es como si permitiera que entrara a mi vida nuevamente y no puedo permitir que eso pase otra vez, el jamás dejo que entrara en su corazón, entonces no hay razón para que sepa de Ada y Adriel.