MEYA veces las circunstancias no son las que esperamos para darnos cuenta de lo valioso que puede ser lo que tenemos a nuestro lado, eso fue lo que me paso a mi cuando estuve a punto de perder a Víctor en ese atentado contra mí, lo que más me molesta es que esa mujer ni siquiera piensa en el daño que le causa a su hija, Laura es apenas una niña que solo quiere el amor de su madre pero tal parece que a ella no le importa en lo absoluto su hija si no, su loca obsesión por Víctor que por cierto, jamás pensé que fuera tan enorme.
—¿Lista para tu boda?
—Si. —observo a Laura que se veía hermosa con ese vestido blanco, ella llevaría mi velo pero no parece muy feliz —Laura... —ella se sobresalta cuando me mira —¿Estas bien?
—Si, si... estoy bien.
El remordimiento me culpa ya que pensé que no habría nadie oponiéndose a la boda y creo que ella tal vez deseó que sus padres estuvieran juntos, así que le dije que si no quería me casara con su padre me lo dijera así cancelaríamos todo a tiempo, no quiero que ella sienta que soy una intrusa o que quiero ocupar el lugar de su madre.
—No, no... estoy feliz porque mi padre al fin encontró a alguien que haría lo que sea por él... solo es que... no entiendo como es que mi mamá... pudo hacer algo como querer matarte y yo...
—¿Qué pasa? Sabes que puedes confiar en mi.
—Me siento mal porque tal vez tú me odies porque soy su hija y...—Oye, Oye... —la abrazo al ver que rompe en llanto. Jamás pensé que ella se sintiera de esa forma —No llores... no quiero que te sientas así. —la hago que me mire a los ojos. Sus mejillas rojas están húmedas por las lágrimas —Laura... ¿Cómo podría odiarte por algo que no has hecho? No seas tontita, sabes que te quiero, aunque no seas mi hija... pero te quiero como si lo fueras, no quiero reemplazar a tu madre, claro, pero solo quiero que seamos amigas.
—¿De verdad... no me odias?
—No. —beso su frente —Es más, creí que tu me odiabas a mi porque al casarme con tu padre me convertiría en tu madrastra y bueno... la mayoría de las madrastras suelen ser... odiosas y la mala del cuento.
Ella se ríe y baja su cabeza por un momento, besa mi mejilla y dice que es una chica moderna y que no cree que yo sea de ese tipo de madrastra y que también me quiere. Al volver con mi amiga, ambas vimos como el humor de Laura cambio por completo, ya no se veía triste y eso es lo que me importa porque me he quitado un enorme peso de encima
—Ahora si estoy lista.
Los días se iban rápido y eso me preocupa ya que el día de la boda se estaba acercando y aun no hay noticias de Verónica que ahora es prófuga de la justicia, en verdad me sorprende que haya sido capaz de llagar a esos extremos por un hombre sin importarle su propia reputación y orgullo.
Los preparativos estaban listos para la boda, estaba nerviosa y no por los nervios de novia, tanta tranquilidad me abruma y me hace pensar que en cualquier momento esa loca que intentó matarme antes quiera aparecer en mi boda, la que tanto soñé toda mi vida
Los invitados ya estaban en la iglesia, todos los que fueron invitados estaban presentes, nadie faltó según la lista, estaba tan nerviosa que antes de ponerme el vestido que Víctor me obsequió fui a verlo y decirle que era mejor esperar un par de día más, pero él me aseguro que no podría pasar nada porque había demasiada seguridad que no podría ser burlada y mucho menos por ella.
Inhalo profundo confiando en las palabras de Víctor, no quiero que nada salga mal, es mi día especial que no sucederá todos los días, me aferro del brazo de mi padre haciéndole entender que estoy mas que nerviosa, tengo miedo. Miedo de que algo malo vaya a suceder, esperamos ocho meses para que Víctor se recuperara del todo y que ahora saliera algo mal... "el solo pensar en que aparezca siento que mi mundo se desmorona".
Al tomar su mano en el altar, me aferré a ella mientras los minutos pasan y el padre avanza con la boda, la parte que me tenía más nerviosa había pasado "alguien que se oponga al matrimonio".
—Puede besar a la novia.
En ese momento el alivio llego a mi como una ráfaga de aire, ya éramos marido y mujer y solo estaba paranoica por esa loca que lleno de miedo después de querer atropellarme y que su plan fallara. En la celebración de nuestra boda mi amiga me dice que ya deje de preocuparme porque ahora yo era oficialmente la señora Santoro.
—Tienes razón —observo a los niños que se encontraban a mi lado, Ada, Adriel y Laura. —Ya todo pasó.
—Y lo mejor viene después verdad. —dijo con picardía —Y saben a dónde irán para la luna de miel.
—Tenemos tiempo para decidirlo ya que debe ser apropiado y cómodo para nosotros cinco. —ella confundida me pregunta si habla también de los niños —Claro que ellos irán con nosotros también, es por eso que hemos hablado Víctor y yo y pensamos que lo mejor es encargarnos de los asuntos de sus estudios para viajar sin problemas, pero... es una sorpresa para ellos.
—Como siempre, siendo la mejor en todo. Quiero fotos, ok.
—Ok.
Las horas pasaron y la fiesta estaba llegando a su fin y nosotros estábamos cansados y los niños debían ir a la escuela, al despedirnos de todos, salimos del campo campestre donde se llevó a cabo la fiesta después de la boda.
—Estoy feliz de que nada pasara.
—Te dije que nada nos impediría que nos casáramos.
Sonrío y correspondo su beso.
—Tienes razón. Nada impediría que se casaran. —nuestra reacción fue proteger a los niños al escuchar a Verónica a nuestras espaldas —Pero olvidas lo que dijo el padre amor, hasta que la muerte los separe. —ella saca un arma de su cartera, traía una peluca y vestimenta de mendiga —Tal vez no impedí que se casaran, pero ahora sentirás el dolor de perder lo que más amas.

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placer Ilicito
ChickLitMaya Romero estaba encontrando su propio camino con su mejor amiga y su novio, pero un día todo eso desapareció cuando Maya descubrió que su mejor amiga y su novio eran amantes secretos. Perdida en su dolor, entró sin querer en una habitación donde...