Ramé © [+18]

12. Aurella

🧡 Mini maratón 1/2🧡

Hazzell

Suena el despertador y sin abrir los ojos lo apago. Quiero seguir durmiendo un poco más. Estiro mi pie y toco otro pie que no es el mío. Abro los ojos, asustada.

Me relajo en cuanto veo que es el rey de los engreídos el que está a mi lado, por un momento pensé que podría ser alguien que irrumpió en mi casa. Soy muy asustadiza, ¿vale? Lo cual es irónico porque me sé defender muy bien.

Suspiro. Mis recuerdos de la noche anterior me dejan pensando todo el día. Draven y yo comimos comida china, aunque la mitad quedó en el piso, ya que tuvimos una mini pelea con los trozos de pollo y carne. Además de que nos reímos mucho mientras nos contábamos algunas anécdotas de la infancia.

¿Pueden creer que de pequeño creía que el monstruo del armario era real? ¿O que se cayó tantas veces de la bicicleta que hasta perdió la cuenta? Cada día era un nuevo rasguño. Vaya, que era tremendo el niño.

Me dijo que odia los pepinillos y el brócoli, que su bebida favorita es el café helado y que su comida favorita son los espaguetis. Prefiere lo dulce antes que lo amargo y lo picante antes que lo ácido. Le encanta el chocolate y su fruta favorita es el melocotón.

Fue fascinante la manera en la que pudimos conectar, fue tan nepakartojama. Que en lituano significa "una situación perfecta que nunca se repetirá".

No sé qué me pasa últimamente con Draven, pero lo odio cada vez menos. Poco a poco empiezo a dejar de verlo como el idiota al que accidentalmente le derramé mi jugo de uva.

Me levanté a preparar café con leche y unos huevos revueltos con pan tostado. Serví en dos platos, uno para mí y uno para él. Hasta desayuno le hago, ¿qué diablos me pasa? Debería echarlo y dejarlo ir a casa.

Luego, fui a ducharme y a cambiarme de ropa para irme después al gimnasio. Iba a faltar a clase hoy, por lo que envié un permiso falso con Kian diciendo que estaba enferma.

— Buenos días, bella durmiente. ¿Cómo amaneció la princesa de la casa? — le digo con sarcasmo.

— Buenos días, salvaje. ¿Cómo amaneció la bestia más horrenda de la casa? — me dice con ironía.

— Idiota — hago una mueca de desagrado.

— Tú empezaste — dice mientras se mira en el espejo —. ¿Por qué estás vestida así? ¿No deberías estar preparándote para el instituto?

— No iré — digo.

— ¿Por qué no? — se da la vuelta y me mira.

— Tengo unos pendientes por realizar. Y son muy urgentes. Tanto que no pueden esperar — miento.

— Mmm... bueno. Suerte con tus pendientes — se sienta a la mesa y empieza a desayunar como un niño pequeño antes de irse a la escuela. Sonrío de lo adorable que se ve.

Frunzo el ceño, confundida. Algo extraño me está pasando, algo que nunca pensé que me pasaría, estoy empezando a ver a Draven de una manera diferente. De una que va más allá de la amistad. Así es, estoy comenzando a sentirme atraída por el rey de los engreídos.