Ramé © [+18]

26. ¿Qué soy yo para ti?

Capítulo final,
pero ojo que todavía falta el epílogo. ❤️

Hazzell

Hace un año que estoy en este infierno, sin saber nada del mundo exterior, pero al menos sigo viva, por ahora. No sé si el día mañana lo estaré o si moriré en la pelea de esta noche. Todo es posible.

Miro mis manos llenas de sangre, y por más que me lavo sigo viendo la sangre en ellas. Puedo pasarme horas frotándome bajo el chorro de agua, untándome jabón una y otra vez, pero nada de eso sirve.

Cierro el grifo, me seco las manos y me coloco las vendas de nuevo. Mi reflejo en el espejo me da un poco de miedo. Y es que ya no queda nada de aquella chica que sonreía por cualquier estupidez o peleaba por todo con su idiota favorito. Mis ojos se ven muertos, tengo ojeras grandes y mi cabello ha crecido mucho.

— ¿Estás bien? — me pregunta Rada, quien entra de la nada.

— Eso a ti no te importa — espeto, mirándola de reojo.

Rada es una chica búlgara que llegó hace un par de semanas, eso es todo lo que sé sobre su origen. No sé nada más. Ah, y también que es muy buena peleando porque hasta el momento no ha perdido ninguna pelea en la jaula de la muerte.

Al principio, cuando llegó, sinceramente me sorprendió que no le tuviera miedo a nada ni nadie. Incluso de algo que me percaté fue que, en más de una vez, la escuché defenderme de cualquiera que dijera algo malo de mí.

Es una chica buena, y las chicas buenas no duran aquí.

— Oye, tranquila. No busco pelea. Es solo que me siento muy sola — comenta con una expresión decaída. Su expresión me recuerda tanto a la mía de hace un año.

— Pues acostúmbrate a estar sola porque hasta el diablo nos abandonó en su propio infierno.

— ¿Hace cuánto que estás aquí? — me pregunta como si ya fuéramos amigas.

Suspiro.

— Un año — respondo sin estar del todo segura. Aquí, en este lugar, el tiempo no se puede saber con exactitud. Es decir, llevaba la cuenta pero de un momento a otro la perdí, y solo sé que ya pasó un año porque hicieron un show especial para año nuevo —. Pero si te soy sincera, siento que llevo una eternidad en este infierno de mierda.

— Mmm, eso es mucho tiempo — murmura —. ¿De dónde eres y cómo te llamas? — me pregunta con una expresión alegre y yo solo la miro, perpleja —. Discúlpame, tiendo a emocionarme mucho cuando conozco gente nueva. Me presentaré primero: Hola, me llamo Rada — me tiende la mano en sinónimo de un apretón de manos —. Mi madre me puso Rada porque significa "llena de alegría". Dicen que soy muy risueña y me comparan con un terremoto, pero eso es porque nunca me estoy quieta. Soy de Bulgaria, y estoy aquí por... Bueno, mi padre tenía muchas deudas y yo fui el método de pago. Claro que mi padre no quería, pero lo obligaron y ahora estoy aquí en este sitio grotesco contigo. ¿Podemos ser amigas? No quiero morir sola, suficiente tengo con que me hayan alejado de mis padres.

Escucharla, me remueve un poco el corazón. Es una chica muy dulce y sin maldad en su corazón, lo sé porque puedo verlo en sus ojos. Es un ángel que llegó al infierno por pecados de otros.

— Soy Hazzell — acepto su mano —, y viví la mayor parte de mi vida en Estados Unidos. No sé el nombre del lugar donde nací, pues mi madre nunca quiso decirme ni yo tampoco que insistí mucho en saberlo, si te soy honesta. Y... no sé qué demonios significa mi nombre ni por qué me lo pusieron.