9. Vete al demonio

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🧡 Mini maratón 1/2🧡

Draven

Necesito un psiquiatra urgentemente, porque mi percepción de la realidad se ha visto alterada a gran escala. Y estoy haciendo cosas que no debería, pero lo más extraño es que las estoy disfrutando.

Odio la música desde... En fin, la odio, pero aquí me encuentro disfrutándola, con la persona que menos imaginaba.

— ¿Quieres parar?

— Sí, por favor. Ya no soporto estos zapatos. Me urge quitármelos.

— Eso es porque no estás acostumbrada a usarlos, siempre usas tenis. Así que es normal que estés incómoda con ellos.

— Los tenis son mejores que estas cosas — señala los tacones.

— Bueno, si tú lo dices, te creo. Ven conmigo — la llevaré a una de las suites del hotel para que pueda descansar, quitarse los zapatos y hacer lo que quiera.

El ambiente de la fiesta se tornó un poco insoportable, necesito silencio. ¿Y qué mejor que una suite, verdad? No voy a follármela, aunque... si ella me lo pide... No, ¿en qué carajo estoy pensando? Con ella, simplemente... no.

— Ya puedes quitarte los zapatos sin que nadie te mire mal por hacerlo — le digo.

— ¿Por qué me trajiste aquí? — me mira, luego mira la cama y abre la boca —. ¿No estarás pensando...?

— ¿Qué? No. Por supuesto que no. Deberías saber que ni ebrio follaría contigo.

— Ahora que ya lo sé, finalmente podré dormir tranquila.

— No eres mi tipo, salvaje.

— Ni tú el mío, idiota.

— Soy el tipo de todas.

— Pues conmigo te falla la ecuación, porque preferiría follarme a un cerdo.

Tensé la mandíbula, molesto.

Hazzell sabe cómo irritarme con facilidad.

— ¿En serio crees que no puedo excitarte hasta el punto de que me ruegues que te folle? — me acerco lentamente y ella retrocede, me detengo cuando noto que cae sobre la cama, nerviosa.

— Draven, tú no alterarías ni un solo nervio o célula de mi cuerpo.

— ¿No quieres demostrarme la veracidad de tus afirmaciones?

Me acerco nuevamente y ella se levanta, me mira y me doy cuenta que miente porque está muy nerviosa. Su respiración agitada me lo confirma.

— No eres el rey de todo, Draven.

— Tienes razón, todavía no lo soy. Pero eso no quita que algún día lo seré. Me gusta el poder, Hazzell, y disfruto tenerlo.

— Pues nunca tendrás poder sobre mí.

— ¿Me estás retando? — sujeto su mentón con mis dedos y miro su boca.

Ramé © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora