―¿Respira? -Voz 1.
―¿Pero otra vez, señora? Llevo tres horas aquí y es la milésima vez que me lo pregunta. Sí, parece que no deja de respirar en ningún momento. -Voz 2, harta. Muy harta.
―¿Cómo qué parece?, ¿es que no estás segura? -Voz 1, pelín alterada.
―¿Cómo voy a estar segura sino escucho nada? Esta chica no ronca. Si lo hiciera sería más fácil. -Voz 2, agobiada.
―Mírale la frecuencia cardíaca en la braquial o en la yugular, inmediatamente. -Voz 1, pasándose de marimandona.
―¿El qué en dónde? ¿Quién se cree que soy, el Dr. House? -Voz 2, enfadada. Muy mucho.
―Mídele el pulso quince segundos y luego multiplícalo por cuatro. -Voz 1, en modo profesional.
―¡Lo que me faltaba! Si ve que tal me pongo a hacer integrales. -Voz 2, bufando cuál torito bravo.
―¿Tú eres tonta, bonita? Desde luego la juventud de hoy en día sin el internet ya no sabéis ni donde tenéis la cabeza. -Voz 1, divagando e insultando. -¡Ponle un folio en la cara y mira si se mueve!
―¿Si se mueve el qué? ¿El folio o la cara? -Voz 2, flipando.
―¡El folio, corcio! ¡El folio! -Voz 1, perdiendo la compostura.
―¡Oiga, señora, no me grite, ni me insulte porque la dejo sola en esto! Esta noche tenía planes, ¿sabe? Y aún no sé cómo acabé tirada en el suelo de mi habitación, un viernes noche, vigilando que respire una chica que no conozco de nada. ¡Y todo por su culpa! ¡Así que cálmese! -Voz 2, muy alterada hasta que escucha sollozos al otro lado. -¿Está llorando? Venga, mujer, no me llore que no le quería gritar. Es que corté con mi novio y estoy bastante agobiada. Lo siento.
―Me calmo, pero tutéame, después de esta noche ya eres de la familia. Además de que tienes razón, todo es culpa mía. Bueno, menos lo del imbécil de tu novio, pero eso ya lo hablaremos en otro momento. -Voz 1, remontando de la perrencha en cerocoma.
―No, no hablaremos nada. -Voz 2, intimidada.
―Por supuesto que lo hablaremos. Gracias por lo que estás haciendo, de verdad. No pude cambiar el turno con tan poco tiempo y no podía llamar a su tío. El pobre estaba en situación crítica cuando se marchó. Además de que es policía, con esa gente mejor tratar lo menos posible. Cuídala que mañana te recompenso. -Voz 1, chantajista.
―No quiero su dinero. -Voz 2, muy digna.
―Nadie habló de dinero. Hablo de almejas, cigalas, pulpo, albariño, licores y postres caseros. Lo mejor de lo mejor. -Voz 1, fanfarrona.
―Ah, pues eso sí. Si quiero. Sí. -Voz 2, babeando.
Al escuchar tremenda retahíla de manjares, despierto del estupor profundo inducido por el tracazin.
―No habléis de comida que estoy a cero de azúcar.
―¡Dani, estás viva! -Voz 1, o sea Soco, emocionada de más.
―¿¡Qué estuviera muerta era una opción!? - Voz 2, o sea Helena, acojonada de más.
―¡Qué va, mujer! Es una manera de hablar. -La chuchi mintiendo cuál bellaca. -Dani, cena y descansa. Mañana os quiero a las dos en el ático para la celebración de inauguración. Ahora voy a trabajar que llevo medio turno al teléfono. -Cuelga sin dar explicaciones.
Me cuesta despegar los ojos, la cabeza me pesa una tonelada y tengo la boca tan seca como una lija. ¡Vaya trancazo que da el trankazin!
―Compi...
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Las luces de Dani - LldD.
RandomDesde el minuto uno, en que piso la tierra de mi Santo y me separo de mi novio, algo sucede más allá de mi entendimiento y mis infinitas taras, porque las calamidades, desastres, ataques, agresiones, amores, odios,luces a encender y sombras a difumi...