Capítulo-12

34 3 1
                                    


A la hora señalada mi rey me aparca en casa de mi yaya para la reunión con la mafia. Volverá a buscarme a las dos para llevarme al aniversario de mis suegros. Tras el tercer orgasmo mañanero conseguí que prometiera que nos marcharemos pitando tras el café. Quiero que conozca y confraternice con mi nueva familia compostelana. En cuanto entro en la cocina me encuentro a los polibrothers zampando rosquillas. Si ya sabía yo que Lolo nos reunía aquí con segundas intenciones. Justamente la intención de ponerse ciego de mierdihidratos sin la supervisión de Pura. Me siento en la cabecera para zampar, a la par que radiar, lo acontecido en el día de ayer. Aún no terminé mi alegato cuando ya tengo que aguantar a Julito brotando en modo loco de cañete. ¡Qué pesado es, coño!

―¿¡Cloroformo!? ¿Pero tú estás jodida de la cabeza?! ¡Dile algo, joder! ¡Eres su padre y se lo consientes todo! ¡Así le va! ―Grita a la par que da patadas a todo lo que pilla.

―¿¡Así le va!? ―Lolo mantiene su modo zen porque sabe que eso lo loquea aún más, sin dejar de zampar. Eso nunca. ―¿Es que la va mal a mi Dani? ―Descuartizo con mis pupilas a Julito, el cual me ignora porque está mirando fatal a mi yaya. Catalina la grande, sonríe dando a entender que me apoya en todo. Cosa que lo remata.

―¡Maldita sea! ¡Así como no va a ser la consentida mayor de España! ¡Normal que se crea que puede ir por la vida de delincuente, vengadora o de supergirl de los cojones! Ya os arrepentiréis el día que aparezca por ahí tirada e indocumentada... ―Enmudece al escucharse. Mis dos camaradas lo exterminan con la mirada. Yo, en cambio, sonrío en modo pantojil 3.0. ¡Se va a cagar el del Mamoa!

―¿Terminaste la pataleta, bastardo? ―Se queda mudo cuando escucha como lo llamo. Lo cual me importa un reverendo mojón. Quiero que sepa que estoy tan enfadada que ahora mismo voy en el bando del gilipollas. ―Vamos a lo que vamos que me tengo que acicalar. Jefe, ¿tenemos noticias del padre de Víctor?

―Sí, tenemos.―Se pone serio por primera vez desde que estamos reunidos la panda de Alpachino. ―Va a denunciar a Lucas por agresión. ―Me pongo en pie de guerra.

―¿Algo más que decir? ―aniquilo a Julito visualmente. ―¡Ese crápula humilló y maltrató a una menor indefensa, además de llevar años jodiendo a Lucas porque no puede evitar ser la sombra cuando se cómpite con el sol! ¿Y ahora quiere denunciarlo para que pierda su capitanía, su trabajo y su futuro? ¡Ahora sí que vas a conocer a supergirl! ¡Fíjate bien,  ex tío preferido, lo que soy capaz de hacer por mi chico! ―Se miran unos a otros expectantes mientras marco el número de Malena Fuentes, novia de Víctor y la niña más rica de la comarca. Algún día me lo agradecerá, y si no, peor para ella. ―¿Malena? Sí, soy yo. Muy bien, ¿y tú? Me alegro. Mira una cosita... Mi padre quiere hablar con el tuyo por un tema laboral. ¿Podrías pasarme su teléfono? Perfecto. Sí, sí cualquier día de estos salimos a cenar. Chao.

―¿Qué vas a hacer, Dani? ―pregunta Lolo, arrancándome el móvil de las manos. ―No la líes más.

―¡Cualquier locura! ¡Qué carallo va a hacer! ―resopla Julito cuál torito.

―Dejadla tranquila. Mi niña sabe lo que hace. ―Mi yaya, del alma y de mi corazón, me da la fuerza para hacer lo que tengo en mente. Extiendo la mano con mi ceja alzada, Lolo me devuelve el móvil muy a su pesar. Si conmigo no puede con su suegra menos.

―Buenos días, Sr. Fuentes. ¿Tendrá un minuto para escuchar cómo su yerno lleva años robando sus ideas y vendiéndolas a la competencia?―Parezco serena, pero ardo de la rabia.

―¿Joven, quién es usted? ¿De qué habla? ­―Pregunta alterado.

―Soy Daniela Pérez, una amiga de su hija que ayer tuvo en mis manos el móvil de Víctor y de casualidad encontró cómo lleva años mandando a la competencia los archivos de sus colecciones cada temporada, con la inestimable ayuda de su padre. Le envío pruebas para que vea que no voy de farol. ―Raro en mí, esta vez tengo pruebas. Cuelgo y lo hago. Ahora ya entiendo porque Víctor persiguió a Malena durante meses sin descanso, para luego cornearla a la menor oportunidad. Su interés por ella siempre fue económico. La mafia alucina por colores al verme zampar rosquillas a pares mientras espero la reacción de mi interlocutor. Con los nervios tengo el azúcar a cero. Parezco tranquila, pero es solo una pose delante de los Charlines. ¡A mi rey lo van a denunciar por mis ovarios! Antes me los cargo. Tengo el mono de Kill Bill intacto, pillo una catana en el chino y arreglado. La tensión es tal que damos todos un brinco cuando mi móvil suena . Espero varios tonos para no parecer desesperada, que lo estoy.

Las luces de Dani - LldD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora