Las luces de Dani - LldD.

Capítulo - 13

Estamos a miércoles y no tengo ni una pista sobre la profe malvada. La semana me pasa volando entre la facultad, donde por fin empiezo a disfrutar gracias a la ausencia del ogro, y cuidar de Val. Mi minina está encantada con tantas atenciones. Fran encontró nada. Los perfiles que coinciden con los de la malvada están todos bloqueados. Ayer Pedro tuvo tutoría con ella. Soco y yo lo acompañamos porque queríamos ver la cara de la rival a aniquilar. Val quedó al cuidado de Lena. Bueno, cuidando... Jugando a la oca a la vez que apostando chuches. Tengo que hablar seriamente con mi sia. No puede ser que apueste por todo, a su favor diré que es la más dulce fuera de la competición. Y eso es de valorar. 

Pedro duró exactamente un minuto quince segundos en la tutoría. En cuanto dijo que era el padre de Val la profe malvada lo echó de su despacho. Confirmo venganza sin admisión de reclamación: ¡A por ella! Soco intentó convencer a Pedro para cambiar a la niña de colegio, pero el rector se negó. Por lo visto mi minina tiene altas capacidades y su padre tuvo que pedir muchos favores para que la aceptaran en un colegio tan elitista. Lo apoyo al cien por mil, hay que conseguir que echen a esa bruja del colegio y a poder ser del país. Cuando al fin aparece me quedo patidifusa. Mide dos metros, tiene un tipazo que tira para atrás y una melena negra que me rio yo de la maléfica que vive conmigo. Está cañón y lo sabe, por eso pisa reventando las baldosas. ¿Y yo por qué carallo pensé que sería un troll con verrugas? Esta de una leche tunda al grupo de las Arpías de vez. Cosa que en vez de achantarme, activa mi modo guerrera aún más. Mi minina debe de sentirse un guisante frente a tremenda gigante. Pedro, no se amilanó nada, redactó una carta a la dirección del colegio pidiendo su expulsión inmediata con el apoyo del resto de los padres. Bien, Pedrín, muy bien. Con la legalidad se va a Roma, pero con mis tácticas de venganza la profe malvada volverá al infierno del que jamás debieron permitirle salir.

Gracias a la denuncia tenemos su nombre completo: Carmen de la Rosa Lema. Se lo envié a Fran, pero nada de nada. Tiene todas las redes bloqueadas, será que tiene mucho que esconder. Y aquí me hallo el miércoles noche, desanimada, con mi sia en el subsuelo, preparadas para cenar. Satán no está, ni se le espera para mi regocijo. No le ven el pelo desde el domingo. Dicen que es habitual en él desaparecer días e incluso semanas. Ya me parecía a mí que lo soportaran a diario y no acabaran liquidándolo entre todos. Cenamos hamburguesas con patatas bravas. Yo hoy me salto la dieta obligada porque me invitaron y no quiero ser maleducada. Además los días de regla mi cuerpo pide mierdihidratos cada hora y no puedo negárselos, porque entonces Chuky a mi lado sería la Poppins. Tras la cena me repanchingo en el sillón, cual larga soy, para hablar con mi rey mientras que Lena prepara la timba de bingo con sus secuaces. Me parto de risa cuando los veo arañando euros por los bolsillos. La ludópata aprendió de Soco, sin pasta no juegan. ¡Qué pirada está! 

Lucas me cuenta que esta noche no pegó ojo. Tuvo sueños cochinos conmigo perreándole en el Titos como Pura me trajo al mundo. Me alegro infinito. Yo los tengo a todas horas y despierta, que es peor. Cuelgo con una morriña infinita de él. Cuando notó mi tristeza por no tener por donde pillar a la malvada, me aconsejó que lo intentara a través de Julito. Vale, puedo hacerlo. Por algo soy colaboradora de la policía. Se que no me va a ayudar de buenas a primeras, pero o lo intento o no me va a quedar más remedio que ir de ilegal. Y no quería.

―¡Peque, qué milagro! ¿Qué necesitas de tu ex tío preferido?―Empezamos bien, está de buen humor.

―Eso quedó solucionado el domingo, Julito. Cuando te vi tan radiante en el Titos volviste a ascender al primer puesto ―ataco para descentrarlo.

―Estuve como siempre ―contesta a la defensiva.

―Como siempre no. Lucas solo te viera los dientes para ladrar, jamás con tamaña sonrisa. ―La Dartañana y los tres mosqueteros escuchan mi conversación con atención.