Lena y yo nos acomodamos en la terraza de la taberna, mientras que Polo se encarga de pedir la comida y Kike de llamar una y otra vez al demonio. Cuando consigue hablar con él, el muy idiota le informa de que se está comiendo a la Barbieramera. Que ya avisará cuando se quiera marchar. Esas palabras son más que suficientes para que nos olvidemos de él y nos centremos en el riquísimo churrasco que ocupa media mesa. Nos invitan a vino de la casa, Lena y Polo se pimplan la jarra entre los dos. Kike y yo preferimos unas colas.
―Que moderno este medievo. Cola light si hay, ropa de guerrera no.
―Tranquila, michica, después de lo de hoy siempre serás "Dani, la guerrera".
―¿Qué pasó hoy? ¿Hiciste algo sin mí? ―pregunta la mareos tremendamente ofendida. ¡Tendrá jeta! Durmió toda la mañana y todavía se enfada.
Kike casca lo acontecido en modo película de acción mientras que yo busco un baño. Después de orinar tiro los polvos blancos que decomisé por el wc y me guardo las pastillas. Tras una exhaustiva valoración me atrevo a deducir que son rohypnol. ¿Qué cómo lo sé? Fácil. Lolo nos impartió a sus tres hijas, contra nuestra voluntad, un curso de estupefacientes. Con examen tipo test incluido. Gabi, a día de hoy, aún no lo aprobó. Lola y yo lo suspendimos cinco veces, pero al final nos quedó bastante claro todo. Raro, pero cierto como la vida misma. Nuestro viejo quiere que sepamos diferenciarlas y los efectos que provocan. No hay como informarse para rajarse.
Al salir del baño me topo con una chica de melena rizada y ojos claros. Es preciosa, pero no es eso lo que me llama la atención. Es el tremendo golpe que tiene en el ojo acompañado de una triste mirada. Cuando me ve observándola se aleja tapándose la cara. Vuelvo a la mesa, donde mis amigos siguen a risas, sin dejar de observarla.
―¿Policía, Dani? ¡Por qué no quieres! ―Se escaralla el bombero.―¿Qué fue lo que le confiscaste a esa desgraciada?
―Rohypnol, imagino que para anular la voluntad de sus clientes. ―Contesto sin perder de vista a la chica, me da en el alma que necesita ayuda. Me descentro de mi cometido cuando se sienta a mi lado un tipo grande, pelirrojo, de ojos azules. Guapo no, muy guapo.
―Morena, en el medievo las mujeres no llevaban pantalones. Eso era uso exclusivo de hombres ―señala mirándome de arriba abajo.
―Ya, pelirrojo... Pero es que este medievo es muy moderno. En este las mujeres se visten como les da la gana y en las tabernas venden cola light, tabaco y pajitas. ―Los tres que vienen con él estallan en carcajadas contagiando a los que vienen conmigo.
―Touché ―levanta las manos riendo en modo bajabragas. ―Iker, ¿y tú eres?
―Lara ―respondo rauda. ―Ellos son Xena, Apolo y Ares. ―Las risas de mis trío son mortales. El pelirrojo no se da cuenta de la burla, está muy entretenido con mi escote.
―¿No hay dos besos? Se están perdiendo las formas por completo.
―No, son un gran foco de infecciones y en esta época aún no se inventó la penicilina.
―Eres rápida, además de guapa. ―Me está cabreando su lasciva mirada. Se da cuenta porque se gira hacia los primos. ―Chicos, animaros al concurso de tiro al arco. Este año el bote es de quinientos euros.
―¿Por qué chicos? Lara es arquera ―señala Lena. ―Ella se llevará la pasta.
―Mujeres arqueras, ¿dónde? ―ríe a carcajadas uno idéntico a Obelix.
―¿Acaso dudas de nuestras capacidades? ―pregunta Lena al gigante con su inseparable jarra de albariño. ―Pues tu santa madre para parirte debió tener muchos más cojones que tú, tu pandilla de hormonados y todos los de este medievo juntos.―Estallo en carcajadas. Al procesar sus palabras los primos y Obelix me imitan.
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Las luces de Dani - LldD.
RandomDesde el minuto uno, en que piso la tierra de mi Santo y me separo de mi novio, algo sucede más allá de mi entendimiento y mis infinitas taras, porque las calamidades, desastres, ataques, agresiones, amores, odios,luces a encender y sombras a difumi...