Las luces de Dani - LldD.

Capítulo- 23

No sé ni cómo llego viva al viernes. Esta semana la pasé en modo empollona, estudiando noche y día. Ayer hice mi primer examen, fue un éxito rotundo. Hoy hice el segundo y el tercero. No me salieron de diez , pero aun así estoy contenta. A Fran no lo vi, pero me llamó por teléfono. Su yayaogra rompió la cadera y la operaban hoy. Todavía no aclaramos el tema, cine vs ogro, y casi mejor. Él está pendiente de su abuela la mala y yo tengo mucho que estudiar. Lo bueno es que el ogro lleva días sin aparecer por la faculta. Pidió un permiso para cuidar de su madre y es genial no verlo. El suyo es el último examen, el día antes de la despedida de Ro. Por cierto, Lola y yo tenemos en mente tantas putaditas que dudamos cual escoger. Lo que no dudamos, es de que nuestra tía en su despedida se va a arrepentir de no quedarse soltera de por vida.

A Lena poco la vi. El tiempo libre que tuvo se lo dedicó a su flamante novio. Obvio. Y a los mariachis literalmente los abandoné. Me enviaron wass diarios con invitaciones a cenas, karaoke y bingos que rechacé sin delicadeza ninguna. ¡Qué estudien, carallo! No estamos para fiestas, yo soy muy peligrosa con las distracciones. Con nada me lio. Comer en el ático con mis niñas y mi minina, a diario, fue el mejor momento del día.

Voy camino de la Villa después de pasar toda la tarde con Jul en la biblioteca. Ayer prometí quedarme con Val para que Soco y Pedro tengan su primera, y pienso que última, cita. La chuchi está en modo triángulo amoroso. Le gusta Tito más que mangonear a todo Cristo, pero no quiere descartar a Pedro sin darle una oportunidad. Dice que no lo tiene claro. Yo sí lo tengo. Le cae la bragafaja por mi grandullón, pero lleva demasiado tiempo sola y tiene miedo a equivocarse. 

Val está pletórica porque cenamos en el Max y duerme conmigo. Lucas es a la única que le permite ocupar su sitio.

A las ocho la paso a recoger. Cuando llegamos al portal comienza a llover a chuzos. Esperamos una rato a que amaine el chaparrón. Llevo un paraguas grande, pero con este viento tengo miedo a que rompa. De la nada aparece el hijo de Lucifer con careto serio. Raro en él, que es la alegría de la huerta. Tiene una pinta de resaca que no puede con ella.

―¡Nacho!, ¿dónde estuviste estos días? ―grita la niña emocionada. No sé qué le ve, pero a la pobre le cae genial. Tira de su cazadora y lo hace doblarse para poder darle un beso en la mejilla. Milagrosamente Chuky no la aparta. Eso sí está más tieso que la mojama.

―Estuve liado.

La verdad que esta semana no vi a los del entresuelo y de este en concreto ni me acordé. Ya me parecía a mí que por aquí no andaba sino ya estaría maquinado maldades contra mi persona. Empieza a calmar el aguacero, así que cojo en brazos a mi minina para correr más rápido. Estoy deseando perderlo de vista.

―Val, despídete. ―Le doy el paraguas. ―Abríganos o llegaremos pingando.

―¿A dónde cojones vais con este día? ―pregunta Satán frotándose las cara con las manos.

―Al Max ―contesta Val con ilusión. ―¿Quieres venir con nosotras?

―¡Noooo, ¡qué va! ¡No ves que cara de cansado tiene! Además, seguro que lo está alguna amiga esperando. ―¡No, no y no, Apóstol! ¡Qué no me joda el único día de la semana que voy a hacer algo más que estudiar!

―Porfiii, tengo que pedirte un favor ―suplica, la Judas de mi amiguita.

―Después de ese porfiii ―se burla Drácula enseñando los colmillos. ―Y de ver que Daniela haría lo que fuera porque no fuera, no puedo más que aceptar. Adoro joderla.

―Yo tambien la adoro. ―Satán niega con suficiencia al ver que la niña no entendió sus palabras. ¡Maldito maleducado! No quiero ir con este a ningún lado en plan familia feliz. Voy en busca de apoyo, pero ya.