End game [Completa]

CAPÍTULO 35 (FINAL)

Nos vemos en el epílogo, pequeños demonios.

Summer

A veces los finales son así: agridulces. Al menos habíamos conseguido lo que nos propusimos. Jeremy en prisión, como se merecía. Pero tuvimos pérdidas muy importantes en el trayecto y eso no es algo fácil de superar. Ahora ya no había más excusas, teníamos que seguir adelante sí o sí. Por nosotros. Para poder tener la vida que nos merecemos.

No sabía si lo que estábamos haciendo era lo correcto, pero el tiempo lo diría y si ocurría cualquier cosa, ya sabíamos que bastaba con una llamada.

Chase acaricia el dorso de mi mano mientras caminamos por el aeropuerto.

Me estaba arrepintiendo de hacer este viaje. Solo sería un año y acordamos llamarnos todos los días, hasta que se termine y podamos estabilizarnos. Pero no me había ido, y ya lo estaba extrañando horrores.

Paramos de caminar, poniéndonos frente a frente y respiramos juntos.

Chase y yo estábamos temblando. No queríamos separarnos.

Sabíamos que no iba a ser un camino fácil, pero ahí estábamos, dispuestos a luchar lo que fuera necesario.

—¿Qué harás ahora? —le pregunté.

—Me inscribí en la universidad. Comienzo el mes siguiente. Tu chico será un físico muy guapo.

No pude evitar soltar una carcajada.

—¿Qué pasó con el Chase rebelde? ¿El Chase que no quería hacer una vida común y corriente?

—Tranquila, ese sigue estando. Lo tengo reservado para ti. Siempre.

Me acerqué sin poder evitarlo y lo rodeé por el cuello. Él me abrazó por la cintura con desesperación. Respiré su calor. Acaricié su nuca mientras lo miraba. Sentí sus dedos acariciándome la espalda. Con suavidad, con seguridad. Como si no hubiera otra cosa en el mundo que quisiera hacer.

Me incliné sin poder esperar más y lo besé. Chase me respondió al instante, con necesidad. Con amor. Con desesperación. Marcándome su nombre en mi piel una vez más. Dejando el tatuaje de su nombre impregnado en cada centímetro de mi cuerpo.

Parecía que nos era físicamente imposible permanecer sin que alguna parte de nuestro cuerpo esté en contacto con el otro.

Nos separamos en cuanto necesitamos respirar.

Mis ojos empezaron a arder sin más.

—Hey, cariño. No llores, por favor. Me destruyes el corazón —susurró sobre mi boca mientras me toma del rostro con ambas manos para acariciarme las mejillas dulcemente.

—No quiero irme. Detesto las despedidas.

—Pequeña, a veces las despedidas son necesarias. Al menos esta vez estamos teniendo la despedida que nos merecemos. Además, sabes que no es definitiva.

—¿Y si esta es la última vez que estamos juntos? —le pregunto animándome a mirarlo a los ojos.

—Estás loca si crees que dejaré que eso pase, corredora. Te buscaré por cielo y tierra si intentas escaparte de mí. Y sabes que te encontraré.

—Sí, lo sé. Dejaré que lo hagas.

—Vuelo 6458, con destino a Londres abordando en la puerta 5.

—Te llaman cariño —me susurra.

Vuelvo a abrazarlo y lo siento respirar sobre mi cabello.

—Te amo, Chase.

—Te amo, corredora.

—Tengo que irme —murmuro.

Chase asiente y veo como traga duro para no llorar. Le sonrió mientras tomo mis cosas y comienzo a alejarme. Me observa con sus ojos negros brillando y las manos en su bolsillo. Debería darme la vuelta y dejar de mirarlo, pero no puedo.

—Este no es nuestro final, pequeña. Recuerdalo —me asegura.

—Más te vale, te mataré si dejas que terminemos así.

Me sonríe de lado, haciendo que me derrita en el acto.

Sigo avanzando sin poder darme la vuelta todavía.

—Te amo —modula con los labios.

—Te amo —le respondo.

Cuando estoy lista me doy la vuelta. Cierro los ojos armándome de valor para no darme la vuelta y mandar todo a la mierda.

Confió en él.

Confió en mí.

Confió en nosotros.

En ocasiones hay que dejar ir algo para poder encontrar otra cosa.

Sé que nos encontraremos en algún momento.

Quizá en otra vida.

Chase

Lo único que pude pensar mientras la miraba fue: si te quedas un segundo conmigo, no te dejaré ir. Un año sin ti es demasiado tiempo para que pueda resistirlo, no sobreviviré.