CAPÍTULO 29

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Ay ay ay.

#Eshoradetenermiedo

Perdón por tardar tanto en traerles el capítulo... las cosas se van armando.

Disfruten, pequeños demonios. Gracias por estar.

Nos vemos a la próxima.

Zoe P.

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Summer

Hoy en día me sigo preguntando cómo no pude ver que las cosas no podían resolverse tan fácil.

¿Cómo no pudimos ver que una tragedia estaba por ocurrir y arrastrarnos a todos?

¿Cómo pudimos ser tan ciegos?

Luego de un rato, Chase consiguió calmarse, nos pusimos de pie y volvimos a la casa en silencio, pensando. Acaricié su cabello mientras conducía y él tenía su mano en mi muslo, movía sus dedos de arriba a abajo en una caricia suave y dulce, como si esa acción lo tranquilizara. Pasamos el día fuera, necesitamos desconectar durante unas horas, fuimos a almorzar y luego a la playa para quedarnos en la arena, respirando aire fresco.

—Me gustaría que este momento fuera infinito —me susurró, acariciando mi mejilla. Lo miré y le sonreí—. Me quedaría contigo así, toda la vida.

—Te aburrías en algún momento.

—Jamás podría aburrirme de estar contigo. Nunca. 

Me mordí la boca y lo besé. Lento, profundo, su lengua se entrelazó con la mía en un movimiento delicioso. Me tomó de la cintura para pegarme a su cuerpo y profundizar el beso.

Permanecimos abrazados y besándonos, perdidos en el otro hasta que llegó el atardecer.

Fue uno de esos momentos que sabes que van a quedar dentro de ti para siempre, que recordarás cada mínimo detalle como si estuvieras viviendo la escena otra vez. No nos hizo falta hablar, solo mirarnos. Lo único que hicimos fue estar ahí, juntos, disfrutando del sonido del mar y del sol, disfrutando de poder estar en compañía del otro. Y fue uno de esos instantes valiosos, de esos que son tan simples como profundos.

Cuando supimos que debíamos volver, nos pusimos de pie y regresamos a casa.

Bajamos del coche tomados de la mano y entramos.

El clima dentro de la casa era tenso, en pausa, como si todos estuviéramos pensando en demasiadas cosas al mismo tiempo. Calculando, planeando.

—Hola... —murmuré.

Todos estábamos ahí, presentes, juntos.

Era hora.

—Tenemos las pruebas en la computadora, son lo suficientemente incriminatorias para que detengan a Jeremy —dice Chase a mi lado—. Lo llevaremos a la policía mañana, y esperaremos a que lo metan en la cárcel.

El plan era resquebrajoso. ¿Pero qué otra cosa podíamos hacer?

Porque, muy a nuestro pesar, nuestros padres habían muerto en un accidente, Jeremy no los había matado. Sólo iban a condenarlo por amenazas. Rebuscando más, encontramos más mails, que eran más específicos. Nuestros padres hablaban de la actitud de Jeremy, y de las cosas que había hecho: llevarnos a Chase y a mí para la pista, en el coche, sin avisar a nadie, desapareciendo con nosotros y todas las veces que los había amenazado con nosotros.

—Lo más seguro es que él tenga un buen abogado, no me sorprendería —continúo—. Así que iremos a juicio y podemos aprovechar para dar nuestros testimonios. Ya hemos estado buscando a los abogados de nuestros padres y planeando las respuestas.

End game [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora