CAPÍTULO 23

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Les traigo acá el nuevo capítulo. Lo prometido es deuda.
No puedo dejar de agradecerles.
Gracias por estar acá.
Disfruten de la lectura. Que esto se viene fuerte.
Nos vemos a la próxima, pequeños demonios

.........

Summer

Todavía con las manos temblandome, me fijé en la pantalla. El fondo era negro. Y solo tenía pocas cosas. La carpeta de archivos estaba vacía. 

Estuve durante algunos minutos entrando y saliendo de sitios, sin encontrar mucho. Hasta que me fijé en la hora y ya era demasiado tarde. 

Solté todo el aire y me puse de pie llevándome la computadora conmigo. 

—Summer… creí que estabas en tu habitación —dijo mi madre viéndome salir de la oficina de papá. 

—Estoy algo cansada, ¿puedo llevármela? —pregunto señalando la computadora.

—Claro, cariño. Es tuya si quieres. Sabes que nunca entro ahí. 

Asiento lentamente. 

Y en ese momento, me cayó la realidad de lo que estaba sufriendo mi madre desde hace años. Casi sin salir. Llorando. Paralizada. Sin saber dónde está patada ni para dónde dirigirse. 

Y me sentí como la mierda. Porque era la primera vez que me daba cuenta de ello sabiendo de verdad todo lo que cargaba. 

Me miró a los ojos y se dio cuenta. 

—Estaré bien —me aseguró.

—Lo siento mucho, mamá. 

Me acerqué a abrazarla. 

—Es muy difícil buscar una manera de seguir. Porque siento que sin tu padre, yo no existo. Y es todo culpa mía, yo dejé que esto pasara. Él nunca me exigió nada, era un hombre muy bueno y comprensivo. Pero casarnos tan jóvenes… tenerte a ti —dijo contra mi cabello—. Ahora sé que di todo lo que tenía por ustedes. Y no me arrepiento. Pero debería haberme dado cuenta de que yo también estoy viviendo.

—Tú mereces ser feliz mamá —respondo—. Papá estaba feliz cuando tú estabas feliz. Y claro que existes sin él. Mírate, estás aquí. Respiras. Vives —comenzó a sollozar, mirándome—. Sé que debo buscar ayuda. Y que Chase también… pasamos por mucho. Pero que eso no te haga olvidarte de que tú también mereces seguir adelante. Te mereces salir a la vida de nuevo y conocer gente. Y viajar o trabajar o estudiar. Hacer lo que te dé la gana. 

Me sonrió con orgullo.

—Gracias, cariño. Te amo mucho. 

—Yo también te amo mucho, mamá. Y prometo llamarte más seguido.

—Más te vale, porque sino voy a ir a buscarte y traerte de las mechas. 

Solté una carcajada. 

Nos despedimos con un abrazo y me fui sintiéndome asustada… pero liviana. 

Llegué a la casa con la cabeza estallada, había muchísima información. Debía hablar con Chase y investigar juntos. No tuve mucho tiempo para buscar demasiadas cosas. Pero al menos logré abrir la computadora. 

El corazón me late fuerte mientras bajo las escaleras. No puedo entender cómo es posible que la contraseña sea la fecha de su muerte. No entiendo. 

¿Por qué? 

End game [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora