EXTRA

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¿A qué nunca pensaste volver a verme, perra? Un pequeño regalito para ustedes, y porque extraño a mis niños, no lo voy a negar. Espero que lo disfruten mucho. Gracias por estar acá.

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Summer

—Chase... no puedo.

Caminé en línea recta ida y vuelta mientras apretaba la boca. Podía oír el silencio del otro lado del teléfono. Hasta podía imaginarme a Chase cerrando los ojos y despeinandose el cabello.

—Joder, Summer ¿por qué no?

—¿Puedes dejar de insistir?

—¡No te estoy insistiendo! ¡Solo quiero saber porqué mi novia no quiere verme!

Tenía un nudo en la garganta, no podía hablar.

—¿Qué carajo está pasando? —preguntó entredientes, enojado al igual que asustado y angustiado—. Por favor... —susurró—. Necesito entender.

—No es nada de lo que piensas... es...

—¿Qué?

—¡Nada! Mierda —sollocé.

Ambos sabíamos que estar separados durante tanto tiempo iba a hacer las cosas difíciles, pero una cosa es saberlo y otra muy distinta es vivirlo. Hace un tiempo que Chase viene con la idea de que yo vaya a casa durante una semana o algo así y yo todo el tiempo le digo que no y evito el tema.

—¿Por qué estás llorando si no tienes nada?

Otra vez no pude contestarle.

—Necesito entender... hace tres putos meses que no nos vemos, y yo me estoy volviendo jodidamente loco porque te extraño como no te das una idea. Intento concentrarme en las clases de mierda y no puedo porque estoy como idiota mirando el teléfono por si en una de esas casualidades me llega un mensaje tuyo.

—Chase... —entendía a la perfección como se sentía. Y me dolía en el alma al igual que él estar lejos.

—Deja de decir mi nombre y habla conmigo... solo déjame preguntarte algo y quiero que seas sincera... ¿Tú no me extrañas? ¿Ya no quieres seguir con esto?

Se me destrozó el corazón ante el quiebre en su voz.

—¿Cómo puedes pensar eso? —fue lo único que pude responderle.

—Es lo que me demuestras.

—Chase, sé que esto está siendo más difícil de lo que pensábamos, créeme, yo tampoco estoy tan a gusto como imaginé que estaría. También te extraño horrores y todas las noches me quedo dormida pensando en ti y me despierto cada mañana imaginando que me das los buenos días con tu estúpida sonrisa. Así que no creas que eres el único en esto.

Permanecimos en silencio unos instantes. Dejando que las palabras calaran entre nosotros.

—Entonces no entiendo porque no quieres venir.

—¡Porque luego tendría que despedirme otra vez de ti! ¡Y de los chicos! ¡Y de mi mamá! —grité sin más—. Y no sé si pueda hacerlo... creo que si vuelvo, no tendría las fuerzas necesarias para volver a irme.

Solté un sollozo más fuerte.

—Por favor, mi amor, no llores. No estoy ahí para contenerte. No llores —me suplicó desesperado.

—Es que, yo también te extraño muchísimo. Y me duele hacerte creer que no.

—Joder, lo siento. No debería haber dicho eso. Es que... pensé que no querías verme.

End game [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora