Cap.13 - Vino por mí

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-Chester-

Aquella mañana en la que Mike me presentó a su esposa, al regresar a casa llegué directo a mi cama a echarme a llorar.

Estuve deprimido los siguientes días. Incluso Noah vino a mi habitación y puso su mano en mi frente para asegurarse de que no estuviera enfermo. Me preguntó si me sentía mal pero yo solo le dije que quería descansar.

Me reconfortó y me dijo que si necesitaba algo no dudara en decírselo, y también estuvo pendiente de mí sin falta cada día. Me sentía seguro, querido y cuidado por él quien era una figura paterna para mí, pero aún así seguía muy triste porque estaba descubriendo que no era solo el hecho de caer en la realidad después de haberme hecho todas esas ilusiones, sino que además estaba extrañando a Mike.

Ahora que lo había conocido, aquellos sentimientos que tenía por él no solo se habían reafirmado en mí, sino que además se habían vuelto más fuertes.

Pero después de haberme alejado así, solo desapareciendo, ya no sabía como volver a acercarme a él, ¿Qué explicación podía darle? No podía decirle la verdad. Me sentía atrapado.

Entonces un día mientras iba de camino a una de mis clases, alguien me atrapó. En ese momento me asusté mucho pues no sabía qué estaba pasando.

-"Voy a soltarte lentamente, por favor no grites..."- De inmediato reconocí la voz de Mike.

Me giré y pude verlo de cerca. Mi primera reacción fue abrazarlo. Se sentía muy bien, él también me abrazó, era como si nuestros cuerpos encajaran perfectamente. Podía quedarme así una eternidad.

Lentamente nos separamos y acaricié su rostro en la parte de su mejilla y mentón, su barba era muy suave y agradable a mi tacto. Miré durante un momento sus preciosos ojos y después, por un instante, sus hermosos labios. En verdad quería besarlo, pero me contuve pues sabía que no sería correcto.

¿Había venido hasta aquí para verme?

-"Hey, solo quería saber que estuvieras bien..."- Me dijo con su tono de voz siempre tan cálido.

Sí había venido hasta aquí solo por mí, cuando se despidió mi corazón se hiso pequeño, no quería que se fuera, entonces sacó un teléfono celular y me lo entregó. Ahora podría hablar con él cada vez que quisiera.

-Continúa-





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