Cap. 23 - Chester y mi réplica

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-Mike-

Llegamos a ese lugar. Era un edificio que parecía abandonado y se encontraba en medio de la nada. Entramos de inmediato, iban con nosotros los hombres de Derek y la seguridad de Noah.

Caminamos por cada uno de los pasillos. El tiempo parecía ir demasiado lento. La desesperación por encontrar a Chester crecía cada vez más.

De repente lo vi salir por una de las puertas junto a alguien. Estaba escapando de algo, él no me vio a mí.

Era tan fuerte mi deseo de encontrarlo que en cuanto lo vi lo agarré entre mis brazos y me lo llevé para protegerlo de todo.

-“Tranquilo, soy yo…”- Le dije.

Volvió a abrazarme como aquella vez que lo fui a buscar. Sentí que volví a la vida, me había angustiado mucho el hecho de pensar que le estuviera pasando algo malo. De forma inconsciente lo abracé con más fuerza y lo levanté del piso.

-“Por un momento tuve miedo de perderte”- Le dije.

-“Aquí estoy…”- Me contestó con ese tono de voz tan dulce que era único de Chester.

Enseguida su expresión pasó de ser tierna y relajada a mostrar mucha preocupación.

-“Tenemos que ir por él”- Me dijo

-“¿Por quien?”- Le pregunté. Me había olvidado de todo por un instante.

-“Tu réplica”-

-“Ah…tienes razón”- Le dije y lo bajé lentamente.

-“Espera, ¿sabes que tienes una réplica?”- Me preguntó extrañado.

-“Justo me lo acaban de decir”- Le contesté dejando ver lo contrariado que me encontraba por esa situación.

-“Debemos ir por él”- Me pidió preocupado.

-“Tranquilo, fue Noah quien se lo llevó. Solo queríamos ponerlos a salvo mientras capturábamos a Dylan, fue quien los secuestró”- Le dije. Al encontrarme más tranquilo pude observar detalles importantes que se me habían pasado en un inicio, como el hecho de que ahora el pequeño Chester tenía unos tatuajes.

Lo tomé de ambas manos para observar sus brazos.

-“¿Qué te ocurrió? ¿Él te hiso esto?”- Le pregunté angustiado.

-“Está bien…”- Me dijo cálidamente y con una expresión sumamente tierna e inocente en su rostro. –“Son algo diferentes a los del Chester original, serán como una manera de honrar su memoria…”-

Me enterneció por completo, entonces entraron Noah y Derek acompañados de mi réplica. Aquel pequeño mini-yo no se percató de mi presencia, se dirigió de inmediato hacia Chester, corrió a abrazarlo.

-“Hey, por un momento tuve miedo de perderte”- Le dijo mientras lo abrazaba fuerte.

Chester rio y le correspondió aquel abrazo. Después mi versión pequeña se dio cuenta de mi presencia.

-“¡Huohu!”- Exclamó sorprendido mientras aún abrazaba a Chester. Enseguida lo soltó y se dirigió apresuradamente hacia mí. Claramente estaba nervioso.

-“¡Mucho gusto en conocerlo señor!”- Me dijo con mucho entusiasmo y enseguida hiso una reverencia como se acostumbra en Japón. ¿Noah le había enseñado también sobre las costumbres de ese lado de mi familia?

Fue realmente tierno. Hice lo mismo y contesté tranquilamente y con una sonrisa.

-“El placer es todo mío”-

Debía admitir que Noah había hecho un buen trabajo en la crianza de ambos, se veía que mi versión pequeña era un buen chico así como lo era la réplica de Chester.

Mi corazón sintió una calidez enorme, ellos dos sí podrían estar juntos del modo en que el Chester original y yo no pudimos. Yo no era el Mike del pequeño Chester y jamás fue mi intención que él reemplazara a Chester en mi vida. Ahora ambos se tendrían el uno al otro.

Derek se encargó de Dylan, ya no volvería a molestarnos.

Lo siguiente fue darles una vida lo más cercano posible a la normalidad sin cambiar nada de ellos. Así fueran la réplica de Chester y mía, ellos tenían su propia esencia única e irremplazable.

Ambos se volvieron inseparables. Aunque mi clon nunca supo nada sobre mi vida, Noah se encargó de que siempre estuviera cerca de la música y aunque no practicaba rap como yo, tenía sus propios gustos musicales los cuales se acomodaron a la perfección con los del pequeño Chester, el cual por su parte ya no sintió la necesidad de lograr aquellos gritos que caracterizaban al original.

Era conmovedor ver a ambos cantar juntos durante sus ratos libres, sus voces se complementaban perfectamente haciendo que las melodías sonaran hermosas.

Yo no cantaba mucho, pero decían lo mismo de mí y de Chester cuando hacíamos eso mismo. Incluso decían que nuestros timbres de voz algunas veces sonaban similares al cantar. Ahora podía comprobarlo.

Me encargaría de protegerlos siempre.

-Continúa-



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