Serpentinita

206 50 16
                                    

Traigo a Joshua a casa de mamá para mi vigésimo cumpleaños. Esta es la primera vez que se conocen, Joshua lo está tomando todo de un solo. ¿Por qué he esperado tanto tiempo para presentarlo?

Él se inclina en su silla, el café de su camisa se complementa contra la madera oscura. Él encaja en la conversación, encaja en la mesa con mamá y Minho, bromea casualmente con Taehyun y escucha atentamente a Minjeong. Él encaja aquí y también debería encajar conmigo.

Tomo su mano debajo de la mesa y con mi pulgar trazo círculos en su muñeca.

Minho llena la taza de té de mamá. Sus miradas se encuentran y, con el sol naranja fluyendo a través de la luz del cielo, la escena reluce y brilla como un cristal bien pulido.

—Joshua —comienza mamá, sonriendo gigantescamente mientras se enfoca en él—, ¿eres un trabajador social?

Joshua aprieta mi mano y gentilmente libera sus dedos. Descansa sus brazos sobre la mesa mientras asiente. La mitad de él está en un cuadrado de luz que hace que los vellos de su brazo brillen de dorado.

—Sí, básicamente cuido niños que están en malas situaciones.

—Eso suena como un trabajo difícil.

Yo he visto a Joshua tan drenado emocionalmente después de un día de trabajo que no tiene más energía para hacer nada más que dormir. Él es fuerte. Persevera a través de toda esa dura mierda y las amenazas que recibe cada semana. Por los niños, declara.

Joshua le da un sorbo a su té.

—Es duro y algunas veces se siente inútil. Me gusta cuando hacemos conferencias familiares y reuniones de protección, pero algunas veces no es suficiente. Luego tenemos que mover a los niños.

—Qué difícil. ¿Mantienes contacto con los niños que ayudas una vez que ellos son puestos en un buen lugar?

—Por algún tiempo, para asegurarme de que todo esté marchando bien. Pero eventualmente sigo adelante. Aunque me aseguro de que los niños sepan que siempre pueden llamarme.

Los brazos de Joshua rompen en piel de gallina, recordándome la semana pasada, cuando Joshua mencionó uno de sus casos más difíciles. El primero. Estábamos en mi apartamento, solos, gracias a mis compañeros de cuarto que no estuvieron por el fin de semana. Después de prepararnos la cena, lo encontré inclinándose hacia adelante en el sofá, sus codos en sus rodillas mientras se pasaba las manos por el rostro.

—¿Estás bien?

—Sí. —Miró su teléfono en la mesa del café—. Acabo de recibir un mensaje de alguien a quien ayudé hace unos años.

—¿Un niño? ¿Está bien? Él se encogió de hombros.

—No tengo idea. No decía mucho. Podría haber sido enviado por accidente.

—¿Tienes que llamar y revisar?

—No, él tiene diecinueve. Él hará su propio camino en el mundo. Puse la cena en la mesa del café.

—¿Lo ayudaste cuando tenía diecisiete? Pensaba...

—Sí, no, ayudé a su hermano menor. Jaehyun alejó a su hermano de sus padres abusivos para protegerlo, pero las cosas se pusieron feas cuando sus padres los descubrieron.

—Mierda. Lo siento.

La risa de Joshua me trae de regreso al desayuno de cumpleaños y pestañeo hacia los panqueques que aún no he tocado en mi plato.

—Me encanta el surf —confiesa Joshua —. Es una buena manera de liberar la tensión. —Besa mi mejilla—. Le enseñaré un par de trucos este verano.

𝕽𝖔𝖈𝖐 𖤐「 𝖄𝖊𝖔𝖓𝖌𝖞𝖚」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora