Epílogo

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La música me despierta. Me doy la vuelta en la cama y las sábanas de seda se deslizan por mi cuerpo. El lado de Yeonjun sigue cálido y, aunque dijo que lo intentaría, me imaginaba que esta noche le costaría dormir.

Salgo de la cama, me pongo un bóxer que recojo del suelo, donde lo hemos dejado antes cuando Yeonjun me ha agarrado y me ha comido a besos, asustado.

Asustado de que yo no estuviera ahí cuando él se despertara. No me dejes, me ha susurrado, tal y como hizo la noche antes de que su madre muriera.

Hace tres años.

Camino por el pasillo de nuestro modesto apartamento hasta llegar a la sala tenuemente iluminada. Yeonjun está al piano tocando las melodías de su madre. Me siento en el banquillo junto a él y me maravillo con la música que vibra alrededor de nosotros. Una oración. O tal vez una conversación. Yeonjun le cuenta a su madre las cosas que se perdió este año: su primer trabajo de enseñanza en la secundaria Newtown, que gané un doctorado en geología, que volvimos a viajar en Stonehenge como hicimos el primer año después de su muerte. La música se vuelve más suave. Algunas notas gentiles permanecen incluso después de que se detiene.

Me envuelve con sus brazos y besa mi cuello.

—Hola, hermoso. Perdón por despertarte.

—Perdón por dormirme.

El ópalo que Yeonjun me dio está en un brazalete, brilla contra mi piel. Jugueteo con este mientras pienso en algo reconfortante que decirle a mi hombre.

Yeonjun sonríe como si supiera exactamente lo que pienso. Toca el ópalo, lo frota con su pulgar.

—Mi roca favorita —digo.

—Lo sé.

Sacudo la cabeza, tomo su mano y la cierro en un puño. Sostengo su puño con fuerza, como hice una vez mucho tiempo atrás. Susurro:

—No el ópalo. .

FIN












¡Hola! Gracias por llegar hasta aquí, en verdad agradezco por su espera y apoyo a esta historia qué oficialmente ha concluido.
Los amo ♡

𝕽𝖔𝖈𝖐 𖤐「 𝖄𝖊𝖔𝖓𝖌𝖞𝖚」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora