CAPÍTULO ONCE

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Over Again -One Direction

A la entrada de Luna Azul había un centro comercial, no era demasiado grande pero lo suficiente para constar de un par de tiendas de ropa, un supermercado y otras tiendecitas repartidas aquí y allá.

Los pasillos eran extensos y alargados, de azulejos blancos y paredes del color del cielo. Había puestos de carcasas para móviles y bolsos en cada esquina, un punto de descanso para sentarse con sillones verdes y otro para recargar el móvil.

Las puertas automáticas se abrieron para ellos al llegar, Halit entró con la niña de la mano pero Jessica se quedó relegada, a su espalda el sonido de una sirena le erizó la piel.

Una brisa azotó su rostro mientras su mano se aferraba al lateral de la puerta corrediza abierta.

A esa hora de la mañana las calles estaban llenas de viandantes disfrutando de las pocas horas al día en las que estar en la calle no era como estar en un horno.

El corazón le dio vuelco al notar cómo el sonido de la sirena se iba acercando, estaba tan cerca que su pitido incesante le reverberaba en los tímpanos y el estómago se le revolvió.

Una parte de ella le gritó, le pidió que corriera sin mirar atrás pero su cuerpo no se movió.

Por su lado pasó un niño corriendo, en sus manos yacía el culpable de esa desagradable sirena con la forma de un camión de bomberos de juguete, por detrás de él pasó su madre.

Jessica solo notó la tensión que había en sus hombros cuando el sonido se alejó junto con el niño, había estado conteniendo la respiración.

Su pecho se relajó pero algo más se contrajo dentro de su cuerpo, una inevitable y extraña sensación muy parecida a la decepción.

Quizá, en el fondo, Jessica quería ser encontrada.

Quizá su miedo de estar allí, de hacer frente a esa situación era tan grande que prefería ser encontrada.

Atravesó la puerta, a unos pasos de ella Halit la esperaba con los brazos cruzados mientras que la pequeña jugaba con una máquina de bolas.

Al verla, corrió hacia ella con una bola en la mano y la agarró mientras comenzaron a avanzar. Necesitaban comprar ropa nueva.

Halit y la niña se metieron en los probadores, Jessica ya había escogido algunas prendas pero no se les había probado así que solo se quedó de pie, esperando a que ellos acabaran.

Halit salió un rato después, se había puesto una camisa negra y unos pantalones del mismo color. Se miró en el espejo entre ambos probadores, se metió las manos en los bolsillos y dio una vuelta.

-¿No vas a probarte nada? -le preguntó.

-No, todo es mi talla.

-¿Y? Puede que no te quede bien.

-No me importa, acaba rápido.

La cortina se descorrió por detrás de ellos, Mavi apareció con un vestido rosa pomposo, unos calcetines verdes y unas gafas de sol.

-¡Estoy lista! -gritó. Halit comenzó a reír.

-Estás muy guapa, pequeña -le dijo.

-Gracias, ¿y a ti te gusta Jessica?

Ella se cruzó de brazos.

-¿No es un poco exagerado? ¿Dónde has dejado el vestido que he escogido yo?

La niña apretó los labios y Halit se colocó entre ella y Jessica.

-¿Qué dices? No es exagerado, está perfecta. Es una niña, no intentes vestirla como si fuera tú.

Azul se escribe con M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora