Capitulo 25: ¿Te gustaría jugar conmigo?

21 3 0
                                    

Mi cabeza parecía que en cualquier momento explotaría por el inmenso dolor que sentía. Mi cuerpo pesaba una tonelada y no sabía el motivo. Al momento en que abrí los ojos me arrepentí eternamente, ya que la claridad caló en ellos haciendo que los volviera a cerrar fuertemente.

Traté de abrirlos de nuevo, ahora más lento para que no me pasara lo mismo. Acostumbré mi vista a la luz que entraba por las ventanas abiertas, la cual me daba de lleno en el rostro.

Moví mi brazo para levantarme; grave error. Sentí un pinchazo en este. Sisee un poco y dirigí mi vista hasta el, encontrándome con un delgado tubo, por el cual pasaba una sustancia transparente hasta mis venas. Asustada llevé mi vista hasta mis muñecas cerciorándome de que no tuvieran ninguna venda, y así fue, solo se podían notar unas leves cicatrices pasadas.

¿Qué estaba haciendo aquí? Mi respiración se hizo irregular, cuando imágenes de la noche pasada llegaron a mi mente. Un escalofrío recorrió por completo mi cuerpo. Mi garganta comenzó a cerrarse y todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas.

-Hija tranquila, aquí estoy-Escuché la dulce voz de mamá. Su cálido tacto se apoderó de mi brazo libre. Y sus ojos me demostraron preocupación.

-¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?-Mi voz salió temblorosa. Estaba demasiado asustada.

-¿Cómo te sientes?-Ignoró mis anteriores preguntas. Colocó una mano en mi cabello y lo peinó un poco hacia atrás, quitando los mechones que se agolpaban en mi rostro.

-Confundida-Solté un suspiro y cerré los ojos tratando de recordar algo más de ayer.

-¿No recuerdas nada?-Preguntó temerosa por mi respuesta.

-No mucho-Nos quedamos las dos en silencio. La miro atentamente, pero Audrey solo observa el suelo-¿Cómo es que llegue aquí?

Levanta su mirada, hasta encontrarse con la mía. Abre la boca para hablar, pero en ese momento la puerta se abre, dejándonos ver a una señora-Que no pasaba de los 30 años-con una bata blanca.

-Buenos días, soy la doctora Kennedy-Saluda amablemente mientras se va acercando a la camilla donde me encuentro recostada-¿Cómo te sientes?-Me da una resplandeciente sonrisa.

-Me duele la cabeza-Respondo un poco avergonzada.

-Es normal, ahora te doy una pastilla-Abre el folder plateado que trae en las manos y se pone a revisar las hojas que contiene-Es una suerte que no hayas tenido mayores efectos secundarios a esta droga.

¿Qué?

-¿Droga?-Preguntamos mamá y yo la unísono. Al parecer las dos seguimos igual de confundidas.

La doctora Kennedy voltea hacia el sillón, donde está mamá sentada y le da una mirada significativa, la cual no puedo describir.

-¿Recuerdas que hiciste ayer por la noche, Chloe?-Regresa su atención a mí.

Si recuerdo, claro que recuerdo, pero solo es hasta cierto punto. No quiero hablar de ello, no quiero revivir todo lo que sentí ayer.

Doy una respiración profunda y me repito una y otra vez que no debo llorar. Me siento demasiado abrumada y débil como para relatar todo de nuevo.

Al parecer la doctora se da cuenta de mi estado y decide acabar este tema, por ahora.

-Por los síntomas que presentaste cuando tu mamá te trajo aquí y por los análisis que realizamos-Hace una pausa y me observa esperando alguna reacción por mi parte-Nos indica que inhalaste una sustancia muy fuerte que sirve como calmante, para dormirte o hacer que caiga en un pequeño coma-Termina de explicar y mi mente viaja hasta el recuerdo donde aquel desconocido coloca el pañuelo blanco en mi nariz.

복수 (Venganza) Chloe BourgeoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora