Capitulo 29: Happy Birthday to me (Parte 1)

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¿Por qué cuando somos niños queremos crecer tan deprisa? Si a esa edad supiéramos lo que nos espera en el futuro cuando seamos mayores, las obligaciones que se nos van acarreando con el paso del tiempo, creo que nuestra perspectiva cambiaría.

Cuando tenía 5 años, yo simplemente esperaba ansiosa cada día de mi cumpleaños para ser mayor, y por supuesto también por los regalos, pero últimamente ya no era la gran cosa para mí, ahora en vez de querer subir los años, quería bajarlos. Algo sumamente imposible, a no ser que fueras Benjamin Button claro está.

No es que odiara esta fecha, porque obviamente me gustaba que por un día la atención y el cariño de las personas que me importan recayera en mí; pero el hacerme cada año más vieja no es que fuera mucho de mi agrado, si por mi fuera me quedaría de una edad en específico para siempre.

Claramente la ley de la vida era ''naces, creces, te reproduces y mueres'' y ¿Quién era yo para cambiar eso? Nadie. Lo único que restaba hacer era disfrutar de cada día al máximo, como si fuera el último. Porque bien como me decía mi tita Helena antes de morir ''No sabes lo que mañana pueda suceder'' y vaya que yo había aprendido demasiado con esa frase.

Escuché varios pasos fuera de mi habitación, poniéndome en alerta. La puerta de madera se abrió y en el umbral de esta aparecieron mis papás con un pastel entre las manos. Ambos tenían una enorme sonrisa pegada a sus rostros, contagiándome de su alegría. Me enderecé, sentándome en mi cama y segundos después las voces de ambos cantándome las mañanitas se escucharon por todo mi cuarto.

Esto era una de las tantas ''costumbres'' que teníamos en casa cada vez que se celebraba un cumpleaños, y debo de admitir que era una de mis favoritas.

Me acerqué un poco a ellos, lo suficientemente cerca para apagar las velas, no sin antes haber pedido un deseo. Los dos soltaron aplausos y gritos de emoción. Solté una carcajada, no importa la edad que ellos tuvieran, siempre hacían lo mismo.

Papá me dio un fuerte abrazo y depósito un tierno beso en mi frente. Ya se encontraba en mejor estado, lo cual me alegraba muchísimo.

-El pastel es de chocolate con frambuesa, tu favorito-Me informó mamá con una enorme sonrisa. Murmuré un gracias antes de ser asfixiada por un abrazo suyo.

-Te tenemos otra sorpresa, pero esa te la daremos más tarde-Dijo André, para después ambos salir por la misma puerta por la que habían entrado, dejándome nuevamente en silencio suyo como estaba antes de que irrumpieran en mi habitación.

¿Qué será esa sorpresa?

Odiaba cuando hacían eso, era desesperante estar todo el día ansiosa por lo que pudieran decirme o darme.

No me gustan las sorpresas.

Zuki maulló, acurrucándose a mi lado. Todavía me encontraba cansada, la idea de quedarme en cama por un rato más era en verdad tentadora, pero debía levantarme de una vez.

Entré al cuarto de baño, junto con la ropa que me pondría el día de hoy, que consistía en unos jeans entubados, una blusa blanca de manga larga y un abrigo color beige, junto a unas botas cafés. El clima estaba demasiado frío, con suerte y el sol salía aunque fuera por unas dos horas en la tarde.

Tomé una larga ducha, con agua caliente, era la única manera de despabilar el sueño que tenía. Después de haberme cambiado, trencé mi cabello húmedo, ya cuando estuviera seco lo cepillaría.

Arreglé un poco mi habitación, para que no se viera tan desordenada por si acaso venía de visita Evie, ya que el viernes me había llamado por teléfono avisándome que le apartara un espacio en la noche. No tenía ni idea de que era lo que estaba planeando, pero esperaba que no fuera nada descabellado, aunque conociéndola nunca se sabía.

복수 (Venganza) Chloe BourgeoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora