Capitulo 33: Fotografías

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Despierto en medio de la oscuridad con mi corazón latiendo más rápido de lo normal. Todo a mi alrededor es silencio. Mi vista se aclara y me doy cuenta que estoy en mi habitación, siento el colchón debajo de mi cuerpo e inmediatamente me relajo; estoy a salvo. Trato de recordar el motivo por el cual he despertado de esa manera a tales horas de la madrugada, pero mi mente no es de gran ayuda. Es como si estuviera en blanco por las últimas horas.

Recuerdo estar asustada, recuerdo querer escapar de algo, o mejor dicho de alguien; pero no se de quien. Presiento que he tenido una pesadilla, pero ella no viene a mi. Y eso me preocupa.

Me levanto de mi cama, todavía desorientada. Sin encender ninguna luz camino hasta el baño, que se encuentra dentro de mi cuarto.

Abro el grifo y templo el agua, lavándome el rostro. El líquido incoloro me sienta de maravilla y logra despejarme por completo.

Regreso a mi cama, pero ya no tengo sueño. Al contrario, me siento más despierta que nunca. Volteo a un lado, encontrándome con el lado derecho del colchón vacío. Ayer Nathaniel se fue de mi casa en la noche, diciendo que no podía quedarse a dormir por esta vez, ya que era una costumbre que lo hiciera. Me sentía rara no tenerlo a mi lado, abrazado a mi, con su brazo alrededor de mi cintura y mi cara en su pecho, escuchando sus lentos y pausados latidos de su corazón. Invadiendo mis fosas nasales con su varonil perfume. Admito que deseo que este conmigo en estos momentos. Ya me sentía tan acostumbrada a él que hasta llegaba al punto de asustarme. Pues ¿Qué haría cuando él ya no estuviera a mi lado?

Una pregunta que no me gusta contestar, aunque presiento que pronto tendré que cuestionármela.

Tenía instalado en el pecho una presión extraña. Una sensación que me decía que algo malo estaba por suceder. Era de esas veces que presientes algo, pero no sabes que. Cuando algo te dice que tu vida puede cambiar en un solo segundo; pero por más que te pones a pensar y te quiebras la cabeza encontrando un motivo, no lo encuentras. Y solo te resta esperar por lo que pueda ocurrir. Así me sentía, y no me gustaba, era lo peor que podía pasarme.

Y la pesadilla que no recordaba solo ayudaba para que mis sospechas aumentarán. Hace mucho tiempo que no tenía este tipo de angustia, de miedo y no podía permitirme tener esos sentimientos de nuevo.

Desde mi relación amorosa con Nathaniel iba de maravilla, me sentía más segura, completa en todo sentido y no quería perder eso, pues sobre todo me sentía amada y esta vez por ser quien soy, sin mostrar ninguna careta, simplemente yo.

A mi mente vino el recuerdo de la mejor noche que había pasado junto a Nathaniel, sacándome una tímida sonrisa y que mis mejillas adquirieran un color carmesí. Cada vez que recordaba mi primera vez no podía evitar sentir calor en mi corazón. Y eso que ya habían pasado dos semanas, pero sentía que solo había sucedido hace unas cuantas horas.

Después de esa vez no habíamos vuelto a tener relaciones, aunque algunas veces Nathaniel se me insinuaba de más, yo quería esperar un poco hasta que la vergüenza se me pasara. Todavía no me acostumbraba a la idea de que mi novio me había visto completamente desnuda, y yo a él.

Observé el reloj al lado de mi cama y este marcaba las cinco de la madrugada. No sabía cuanto tiempo había estado sumida en mis pensamientos. Pero de que había sido demasiado tiempo, si lo era. Las clases todavía no iniciaban, sino hasta febrero y todavía estábamos a mediados de enero, ya faltaba menos, pero la parte holgazana que existía en mí, rezaba internamente porque esa fecha jamás llegara. Aunque al final todo plazo se debe cumplir

Mis párpados comenzaron a pesarme y un bostezo salió de mis labios. Me acomodé mejor en el blando colchón, tapándome hasta el cuello con el grueso cobertor rosa pálido y cerré los ojos esperando que Morfeo me llevara de nuevo con él.

복수 (Venganza) Chloe BourgeoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora