Capitulo 35: Respuestas

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-¿Y cómo es que ambos sobrevivieron? ¿Tú y Sheila?

-Sheila no iba en el auto con nosotros, ella estaba estudiando en un internado en Londres. Y yo, la verdad no sé, los doctores dijeron que había tenido mucha suerte-Responde con la mirada perdida y su mandíbula se tensa. Me ha contado gran detalle del accidente, pero aún existen piezas que no encajan, que no entiendo. Como por ejemplo ¿tan grande fue el problema que papá no supo que Sheila estudiaba en el extranjero? O que ¿Era más que obvio que ella había sobrevivido? ¿Por qué no la buscó?

Y lo más importante ¿Desde cuando se habían distanciado?

-¿A qué edad me habías dicho que sucedió?

-Yo tenía 14-Murmura, y me imagino a un chico asustado y con dolor queriendo saber la salud de sus padres.

-Lo siento-Me disculpo hacerle recordar tan feos momentos.

-¿Qué?-Se encuentra distante y confuso.

-Lo siento-Vuelvo a repetir, me acerco más a él, coloco mi mano sobre la suya y entrelazo nuestros dedos-A veces soy muy curiosa y no quise hacerte sentir mal.

Voltea hacia mí, con esa mirada tan abrumadora que tiene, que hace que mi corazón se acelere. Besa el dorso de mi mano, aún con nuestras manos unidas.

-No tienes porque disculparte, no es tu culpa que siga sin superarlo-Me da una sonrisa triste y6 mi corazón se encoge.

-Y tampoco es culpa tuya, ya verás que con el tiempo las heridas se irán cerrando-Le doy un pequeño apretón a su mano como ánimo. Pero él niega con la cabeza.

-Existen heridas que jamás cierran...-Cita con amargura, como si lo viviera en carne propia, Y puede que tal vez tenga razón, no cierran; pero se hacen llevaderas.

-¿No sabes el motivo por el cual nuestros padres se dejaron de frecuentar?-Intento desviar un poco el tema, cambiando a algo menos trágico.

-N, no tengo la menor idea. Papá jamás me contó sobre algún problema o algo relacionado ¿Por qué?

-Simple curiosidad.

-¿Tienes hambre?-Pregunta de repente.

Niego extrañada.

-No, hace rato almorcé-Me mira divertido con una ceja alzada.

-¿Segura?-Pregunta de nuevo. Y al ver su expresión me da miedo lo que pueda estar tramando.

Se acerca peligrosamente a mí, tan cerca de mi rostro que puedo sentir su aliento sobre mis labios. De un segundo a otro me besa, despacio, suave, se toma su tiempo, mientras yo disfruto su boca.

La sensación es indescriptible.

Sube el ritmo, moviéndolos más rápido, de una manera más caliente, más sensual. Me gusta, los dos estilos me encantan.

-Creo que no me explique bien con la pregunta-Dice una vez que se separa de mí. Su respiración está agitada, y habla con dificultad. Pero yo sigo sin entender de lo que esta hablando, lo único que necesito es que me bese de nuevo.

Rompo la distancia y uno de nuevo nuestros labios. Sonríe en medio del beso y como puede logra decir: Bueno pues yo si tengo mucha hambre...pero de ti.

Al menos había aclarado unas cuantas cosas con Nathaniel, solo me faltaba hablar con papá, pero eso ya sería más tarde, aún tenía varias preguntas reservadas para él y de esta si que no se me escapaba. Tal vez lo mejor era dejar el tema por la paz, porque al fin y al cabo ese en su totalidad no me concernía en absoluto a mí, no podía dejarlo solo, no podía quedarme sin respuestas, pues eso solo lograría que mis dudas aumentarán y no estaba dispuesta a que eso sucediera.

복수 (Venganza) Chloe BourgeoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora