Capitulo 14: Mujeriego.

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-Era amigo de ellos, creo que fueron a la universidad juntos o algo así-Dije encogiéndome de hombros. André me había hablado de ellos solamente dos o tres veces, siempre que le preguntaba sobre ellos, ya que tenía muchas fotos donde salían los tres e incluso una que otra junto con Audrey, pero me cambiaba de tema o simplemente no me respondía.

El turquesa no respondió nada, se mantuvo con la mirada fija en aquella vieja fotografía. Le dio vuelta a la página y vio otras tres de las mismas personas pero ahora en vez de estar André en la foto se encontraba Audrey con ellos.

-¿Los llegaste a conocer alguna vez?-Su voz sonaba tensa.

-No-Respondí mientras negaba con la cabeza-Papá solo me llegó a contar que habían perdido contacto con ellos después de que se casara con mamá y después fallecieron en un accidente cuando nosotros vivíamos en California-Él asintió pensativo mientras asimilaba mis palabras.

-¿Por qué decidieron mudarse aquí?-Cerró el álbum dejándolo en el cajón donde lo había sacado. Yo solo observaba sus movimientos algo desconcertada por el cambio repentino de tema.

Me encogí de hombros.

-No sé, desde que recuerdo cada dos años nos mudamos a una ciudad diferente, ahora André decidió que nos viniéramos acá. Pero la verdad es que no sé porque.

La mirada intensa de Nathaniel me intimidaba demasiado. Mantuvo sus ojos en los míos por varios minutos buscando encontrar algo en ellos, la verdad o no de mis palabras. Creando así una extraña conexión entre nosotros. Su vista bajó a mis labios y relamió su labio inferior. Mi pulso se aceleró con solo ese gesto, no soporté más y bajé mi vista al suelo algo avergonzada. Sentí el cuerpo de Nathaniel levantarse del suelo y me extendió su mano derecha para que la tomara. Así que lo hice y me ayudó a levantarme a mi también.

-Hora de ir a la cama-Dijo con un tono divertido mientras todavía sostenía mi mano.

Abrí las sábanas metiéndome debajo de ellas, acomodé mi cabeza en la almohada y después sentí el peso de un cuerpo pesado en el otro extremo del colchón. Nathaniel se había acostado a mi lado. Se acercó un poco más a mi cuerpo y pasó una mano alrededor de mi cintura atrayéndome hacia él y abrazándome fuerte.

-Nathaniel...-Susurré. A pesar de que se sentía muy bien tenerlo aquí conmigo y esta posición era tan cómoda que casi no me importaba. Pero me ponía muy nerviosa su tacto.

-Shh...Hay que dormir. Tengo sueño-Contestó lentamente. Me giré quedando con mi rostro frente al suyo, con solo unos centímetros de distancia entre nosotros.

La habitación se encontraba a oscuras, pero gracias a que había dejado la cortina de la ventana abierta, se filtraba la luz de la luna, la cual era suficiente clara para poder apreciar su hermoso y varonil rostro al igual que sus hermosos ojos color azules que cada vez que me miraban hacían que mi corazón latiera con más intensidad.

Su mano subió a mi mejilla y la acarició lentamente. Cerré los ojos disfrutando de su leve caricia.

Cuando los volví a abrir ya era de madrugada y el sonido del despertador retumbaba en toda mi habitación. Gruñí palpando el pequeño buró al lado de mi cama buscando ese infernal aparatito para apagarlo. Una vez que lo logré suspiré de alivio, aunque me encontraba un poco molesta ya que me había despertado de un muy bonito sueño. El primero que me gustaba de muchos. Por fin esta noche no había tenido ninguna pesadilla, por lo que al darme cuenta de esto mi sonrisa se ensanchó enormemente y mi buen humor subió de escala. Esperaba que este fuera un buen día. Volteé mi cuerpo esperando encontrarme el hermoso rostro de Nathaniel, pero me lleve una muy desagradable sorpresa. El lado de la cama donde ayer lo había visto por última vez antes de quedarme dormida ahora estaba vacío. Y no había ninguna evidencia que me recordara que él había estado ahí.

복수 (Venganza) Chloe BourgeoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora