Capitulo 10: Nathaniel Kutzberg. El lacio de los ojos turquesas

58 7 0
                                    

Chloe:


¿Por qué está todo tan oscuro? ¿Quién apagó las luces? Esto no tenía gracia, ni una sola pizca. Me encontraba sentada recargada en una fría pared, intentaba acostumbrar a mis ojos a la oscuridad para saber donde me encontraba, pero era tan espesa que sentía que los tenía cerrados.

Empezaba a helar horrible, todo mi cuerpo pedía a gritos una manta o abrigo, ya que solo traía una simple pijama que consistía en un short y blusa de tirantes. Mis dientes no dejaban de castañear.

Mi miedo iba incrementando de poco en poco mientras pasaban los segundos.

A lo lejos pude visualizar una tenue luz, se distinguía a una distancia realmente considerable de mi. Me levanté abrazándome a mi misma tratando de darle un poco de calor a mi cuerpo, y empecé a caminar despacio, teniendo cuidado de no caer mientras seguía la luz, esperando llegar a ella.

Al dar el quinto paso, algo increíblemente extraño sucedió. De repente toda la habitación se llenó de luz, una luz muy blanca y fuerte, haciéndome cerrar los ojos por su intensidad. Los abrí lentamente procurando que se acostumbrasen. Una vez que mi vista estuvo mejor, observé todo a mi alrededor.

Esto no era en absoluto mi cuarto.

Las paredes estaban pintadas completamente de blanco, era un lugar amplio, pero muy frío. Había un conjunto de sillas amontonadas en un extremo de donde yo estaba parada. Justo frente a mi tenía un enorme espejo de cuerpo completo. Me visualicé por un momento, percatándome de que no traía mi pijama como yo pensaba, esta había sido sustituida por una bata larga y blanca, tan blanca como las paredes.

Mi cabello estaba atado en una cola alta algo desordenada, haciendo que mi cara estuviera despejada y mis ojos azules se vieran un poco más grande de lo normal.

Cualquiera que viera mi expresión en estos momentos diría que acababa de ver un fantasma, no podía quitar mi cara de espanto.

Bajé mi vista a mis pies descalzos y me encontré con 10 dados a mi alrededor, y todos con el número 6 hacia arriba.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Caminé inconsciente hacia atrás, tratando de llegar a la pared para apoyar mi cuerpo, sentía que en cualquier momento no soportaría más.

¿Dónde estaba? No lo sabía, pero si tenía muy seguro que quería, debía salir de este lugar a como fuese.

Esperando chocar con una superficie plana y fría, lo hice contra un pecho fuerte y plano.

Mi piel se erizó y volteé lentamente.

Unos ojos turquesas sin verde me tomaron por sorpresa. El chico de pelo lacio se encontraba tras de mí, con la mirada perdida en un punto que no lograba descifrar. Pasé mi mano lentamente de arriba hacia abajo frente a él, esperando que saliera de su ''trance'' pero nada.

Troné los dedos, con la mano todavía frente a él. Uno, dos, tres tronidos seguidos, no estaban dando resultado. Bajé la mirada al suelo.

Sentí un fuerte agarre en mi muñeca, una mano muy fría me lastimaba, encajándose en mi. Levanté de nuevo la mirada, él me miraba. Sus ojos estaban negros, no tenían brillos, como aquella vez en el patio. Su toque cada vez se hacía más helado.

Grité desesperada tratando de zafarme.

Pero desperté.


-¿Hija te encuentras bien?-Preguntó mamá tocando mi frente y mejillas-Estás ardiendo, de seguro pescaste algún resfriado.

Negué con la cabeza.

복수 (Venganza) Chloe BourgeoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora