Heather 2.0 - Parte 2.

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Su piel se erizo ante la mera mención de su nombre.

No, más bien, de ese apodo.

No quería voltear. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había escuchado esa voz dirigirse hacía él que no sabía cómo iba a reaccionar si lo encaraba.

No sabía qué había sido de él los últimos meses, al menos no desde que sus agencias tuvieron que colaborar para solucionar un conflicto, pero ni ahí había intercambiado palabra con él.

Y ahora, no sabía qué esperar, cómo actuar o qué decir. No quería ni mirar hacía atrás, pero nuevamente fue llamado.

—Kacchan... hola.

Voz suave, apacible, tan igual y tan diferente a la que guardaba en su memoria.

Entonces decide girarse y enfrentar sus dudas, aún con el hormigueo permanente en su piel y los pensamientos viajando a la velocidad de la luz. Cuando sus ojos granate lo enfocan, traga pesado.

Es Izuku. Izuku está frente a él con una sonrisa modesta y una apariencia mejorada por los años.

Está más alto, casi de su estatura, su espalda ha ensanchado un poco más y en general se nota que ha alcanzado la madurez, al igual que él.

—¿E-Estás bien?—escucha que le pregunta luego de que no responde nada y solo lo mira, pero apenas es capaz de distinguir que lo que ve es real.

Encima de ese edificio, de todos los existentes en el mundo, ese preciso y frío día de diciembre, ahí está el chico que tanto le gustó durante mucho tiempo. Está más apuesto que nunca e irradia un aura resplandeciente, luce bien, luce hermoso. Y viene en su búsqueda, viene después de todo lo sucedido ese último día de interacción.

Vuelve...

—¿Kacchan?—insiste el otro y él se ve forzado a desviar la mirada un segundo para impulsarse a responder.

—¿Para qué has venido a buscarme?—dice finalmente. Decide ir al grano, pues sabe que su calma es escasa y su corazon ya ha comenzado a latir con fuerza.

—Yo... ha pasado mucho tiempo y...

El de ojos verdes se interrumpe, lo que le hace verle nuevamente. Ahora ha agachado la cabeza y parece incómodo.

Y él vuelve a ser un lío mental.

—¿T-Te parece si vamos a comer algo para hablar tranquilamente?

Suspira, consciente del ahora fuerte golpeteo en su pecho. Duda, no quiere ir a ningún sitio con él, no quiere estar con él a solas forzado a terminar una comida que no quiere tener... pero al mismo tiempo no quiere dejarlo ir.

Suspira, levantando su antifaz y despejando su frente con él, mirando y reconociendo cada una de las facciones que, no sabía, echó tanto de menos durante tanto tiempo.

—¿Por qué habríamos de hacer eso?—pregunta, cruzándose de brazos.

Pero aunque su postura no ha cambiado mucho, sabe que un simple toque del contrario le haría desmoronarse ahí mismo.

Y como si el otro hubiera sido capaz de leer su pensamiento, dio un paso hacía él y extendió sus manos en su dirección, no como quien ofrece un abrazo, sino como quien quiere acercarse cautelosamente a un animal herido. Él, como reflejo, dio dos pasos hacía atrás, quedando al borde del edificio.

—L-Lo siento, no quería incomodar.

—Para empezar, dime, ¿cómo diablos me encontraste?

—Le dije a Beast Jenist que te estaba buscando, él me dijo en que zona de la ciudad estabas hoy y me dio permiso de buscarte si era algo urgente. El resto fue instinto—explicó el contrario, jugando con sus guantes blancos.

Historias Katsudeku/DekukatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora