El egoísmo forma parte del ser humano, así como lo hace la bondad, la noción del bien y el mal.
Existen personas más y menos egoístas, ¿pero qué pasa cuando alguien que se caracteriza por ser desinteresado encuentra algo que le hace ser egoísta?Bueno, Izuku Midoriya sabe que está siendo egoísta, pero de alguna manera, no puede evitarlo.
Todo comenzó cuando se enamoró de un chico, Shoto Todoroki, un muchacho de clase alta que siempre vestía con elegancia y portaba una expresión de imperturbable tranquilidad.
Iban en clase juntos, él se sentaba justo detrás de aquel muchacho, y pese a eso, jamás se había atrevido a hablarle ni para desearle los buenos días.
Uraraka, su mejor amiga, le había insistido una y otra vez en que debía intentar hablarle en lugar de crearse fantasias en su cabeza, incluso algunas veces se las arreglo para preparar el escenario perfecto en el que pudiera finalmente hablar con su gran amor platónico; sin embargo, bastaba con que se viera reflejado en los iris desiguales del contrario para que sus piernas temblaran y sus palabras se enredaran. Su récord de estar frente al muchacho sin salir corriendo era de cinco segundo.
Alto, de complexión mediana, con cabello bicolor perfectamente dividido por la mitad, poseedor de una curiosa cicatriz que lo hacía único, con heterocromia que le daba un toque casi exótico y un rostro estoico que, Izuku juraría, solo pudo haber sido tallado por los mismos ángeles. Todo en él hacía al peliverde temblar de pies a cabeza, sin siquiera saberlo.
Y así ya habían pasado meses.
Su enamoramiento era tal que todos los de la clase habían terminado por darse cuenta, menos el chico en cuestión, quien parecía más enfocado en prepararse para ser un buen sucesor de la empresa de su padre que en lo que sucedía en su entorno.
Fue cuando pasaron diez meses desde que lo vio por primera vez que su egoísmo comenzó. Katsuki Bakugou, un compañero de clase que, pese a su carácter arisco, era de los pocos que había logrado intercambiar un par de palabras con el de ojos bicolor en más de una ocasión, se convirtió en su objetivo.
Si tenía que ser sincero, el rubio, Katsuki, no le agradaba del todo. Su personalidad era hosca, de los pies a la cabeza su aspecto gritaba rudeza y siempre le miraba con un ceño fruncido que parecía penetrar hasta sus huesos, pero aún así buscó la manera de acercarse a él con tal de encontrar una forma más efectiva de, finalmente, llegar a su objetivo principal.
Solo lo usaría de escalera a su objetivo. Era sencillo.
Así que, con eso en mente, busco primero ayuda de Kirishima, otro compañero de clase y el mejor amigo del rubio, quien con una sonrisa varonil se encargó de presentarlos y darles ese empujón que, según sus propias palabras, necesitaban para formar una amistad.
Y ahí comenzó el engaño.
Desde el inicio fue egoísta al no decirle al rubio de feroces ojos rubíes sus verdaderas intenciones, y sin darse cuenta, este último bajo la guardia y comenzó a considerarlo un amigo genuino.
Ahora, de alguna manera, se había metido a sí mismo en una especie de amistad con alguien con quien, para empezar, ni siquiera terminaba de agradarle. Sabe que ha sido tonto, pero ya no puede hacer más que seguir con la farza.
—Cierra la boca, casi formas un charco de baba sobre la mesa—le dijo la voz grave mientras su frente era empujada por una pequeña caja de jugo.
Él despegó la mirada de donde Shoto tomaba el almuerzo con Momo -una chica que, de repente, comenzó a juntarse mucho con él- y la elevó hasta el rubio que le miraba desde lo alto y sostenía la caja de jugo contra su frente.
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Historias Katsudeku/Dekukatsu
FanfictionSolo historias (madianas, cortas y largas) de mi OTP que se me ocurren pero que luego no sabría desarrollar en una historia larga. ♥︎ Escritos de +2, 000 palabras porque escribo mucho jaja. Aunque habrá escritos más cortos que otros. ♥︎ Mencio...