Las flores siempre han sido bellas. Han sido, durante décadas, símbolo de la belleza, la alegría, el amor, la admiración, la salud e incluso la muerte.
¿Pero que sucede cuando se vuelven una enfermedad?
Bueno, nadie se lo hubiese planteado antes de que de la nada, en la ciudad, se empezarán a reportar extraños casos de gente capaz de toser pétalos de flores.
Muchos decían que se trataba de un nuevo virus, otros apostaban a que era el experimento de algún sociópata y algún que otro conspiranoico involucraba a extraterrestres, pero lo cierto era que nadie comprendía la causa precisa.
Los científicos habían estado estudiando los casos días y noches enteras. Habían analizado los patrones en los que se presentaba, el tipo de personas en el que lo hacía y las condiciones en las que se daba, y aún después de haber realizado tantos estudios e hipótesis la única conclusión precisa a la que lograban llegar era que afectaba a las personas que sufrían de desamor. Es decir, era extraño, rebuscado y hasta imposible de creer, pero todas las personas tenían en común el haber sido rechazadas -o creer serlo- por la persona que amaban.
Esa conclusión desafiaba por completo cualquier pensamiento coherente y cualquier ley de la física que pudiera conocerse. Era absurdo de creer que un rechazo generará flores dentro de los cuerpos de la gente con el corazón roto y en algunos casos les llevara a la muerte; era imposible desde el hecho de que desafiaba a la ley universal de conservación de la materia... y pese a toda imposibilidad, era algo que sucedía desde hace casi medio año.
Y mientras que los científicos de todo Japón se volvía locos intentando comprender el sentido detrás de eso, Izuku Midoriya observaba el par de pétalos rojos que acababan de caer en la cerámica de su lavabo.
Él sabía que cosas así habían estado ocurriendo últimamente en la ciudad y había leído los últimos informes científicos donde los expertos planteaban la hipótesis de que estuviera relacionada con el desamor, pero jamás se esperó que él sería una de esas personas afectadas. Había tenido algunos síntomas, sí, como la tos o las punzadas en el pecho, pero realmente hasta hace unos minutos se sentía perfectamente bien... y ahora, después de toser mientras se cepillaba los dientes, se encontraba mirando los pétalos que sin esperarlo habían salido de su boca.
Dos pequeños pétalos de rosa roja reposaban en medio de la pulcritud blanca de su lavabo. Estaban ahí, dándole la peor de las sensaciones y gritándole que estaba perdido y que nadie podría hacer nada para salvarlo... o al menos no nadie a quien le preocupara su existencia.
Al menos una cosa le quedaba clara ahora: las hipótesis científicas eran parcialmente ciertas. Y es que, para su mala suerte, él era un desdichado en el amor.
Todos los días acudía a la universidad y a lo lejos observaba a Katsuki Bakugō, su amigo de infancia, compañero de clases y chico que le gustaba desde hace tanto tiempo que ya ni siquiera podía sacar cuenta. El vivir siempre cerca de él tampoco le había ayudado y siempre que se decía que lo superaría, se pillaba a sí mismo mientras lo veía. Siempre se encontraba a sí mismo fantaseando y siempre se perdía creando escenarios ficticios en donde él y el rubio dejaban atrás el pasado para estar juntos.
Y a pesar de que siempre estaban en la misma aula y le observaba como la cosa más terriblemente bella del mundo desde un punto insanamente lejano, Bakugō no se fijaba en él.
Katsuki no lo quería de la misma manera.
Es más, no lo quería ni como compañero de clases. Simplemente se esforzaba en dejar claro que entre ellos existía una distancia abismal que el pecoso jamás podría cruzar y dónde no le quedaba más que suspirar y ahogar sus sentimientos en las lágrimas que desde hace meses no derramaba por el rubio.
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Historias Katsudeku/Dekukatsu
Fiksi PenggemarSolo historias (madianas, cortas y largas) de mi OTP que se me ocurren pero que luego no sabría desarrollar en una historia larga. ♥︎ Escritos de +2, 000 palabras porque escribo mucho jaja. Aunque habrá escritos más cortos que otros. ♥︎ Mencio...