Historias Katsudeku/Dekukatsu

Fuera de cámaras.

—¡Corte! ¡La escena fue perfecta!—gritó una mujer de cabello rosa mientras aplaudía en el aire y hacía que el equipo de producción dejara de grabar—. Continuaremos mañana, que pasen buena noche.

En el escenario de una ciudad a medio destruir, un rubio y un peliverde se levantaban del suelo donde hace apenas unos segundos estaban peleando. Eran actores y se encontraban grabando la tercera temporada de la serie donde eran rivales y se odiaban a muerte.

Ambos eran muy profesionales en la actuación, tanto como para ocultar que fuera de cámaras eran todo lo opuesto a rivales. Eran tan buenos en lo que hacían que ni siquiera su entorno más cercano tenía la más mínima sospecha de su verdadera relación.

Y vivían felices con eso, así que se regalaron una mirada cómplice que nadie capturó y se ayudaron a ponerse de pie. En seguida, Eijirou, del elenco de la serie, y Tsuyu, maquillista profesional, se acercaron a ellos con la intención de llevarles consigo a cenar después de que se cambiaran los vestuarios; sin embargo ambos se negaron. El más alto lo hizo diciendo que ya tenía planes y el más bajo asegurando estar agotado.

Y prontamente se quedaron solos de nuevo. Se sonrieron una vez más y caminaron discretamente hasta el camerino donde solían cambiarse. Una vez ahí, uno de ellos se aseguró de echar pestillo a la puerta y sin previo aviso se arrojó en busca de los labios del contrario.

Esos encuentros se habían vuelto habituales desde el día en el que toda su aventura secreta había comenzado, y a pesar de todo, aún no entendían como diablos nadie se había dado cuenta de lo que realmente sucedía con ellos fuera de las cámaras. Incluso el más alto comenzaba a pensar que sus compañeros eran más ciegos que un topo, pues la rutina donde ambos dejaban de grabar, se perdían un rato de los demás para estar juntos y mostrarse cariño, y finalmente regresaban como si nada era, a su vez, tan obvia que hasta un niño de preescolar que pasara un par de días en el estudio se percataría de ello.

Los minutos pasaron y finalmente salieron del camerino, uno después del otro para no levantar sospechas, y ahora teniendo los niveles de estrés por los suelos.

Les gustaba pasar tiempo juntos, lejos de los ojos que juzgan. Les gustaba ser cómplices de algo de lo que nadie tenía idea, estaban cómodos con su secretismo, por muy extraño que eso sonará.

Pero nada es para siempre y la careta de solo compañeros de trabajo en algún punto tendría que flaquear.

Y eso ocurrió al día siguiente, donde después de finalizar las grabaciones, Mina Ashido, la jefa de producción, les invitó a todos a una cena de agradecimiento que había preparado para esa misma noche. Muchos quisieron negarse diciendo que tenían otros planes o que simplemente querían ir a descansar, pero ella insistió diciendo que tenía algo importante que anunciar y que esperaba verlos a todos ahí.

Conocían lo severa y rencorosa que podía ser la mujer cuando no se hacía lo que ella quería, así que ahí estaban. Repartidos en las mesas para cuatro personas que estaban distribuidas en el local que la anfitriona había rentado para la ocasión.

—¿Cuál creen que sea la gran noticia que nos trae Ashido-san?—preguntó con curiosidad el pecoso mientras que por debajo de la mesa acariciaba sutilmente la mano que acababa de posarse en su pierna. Internamente agradeció que los manteles de las mesas fueran largos.

—Quizá un nuevo proyecto—supuso Shoto, otro actor de renombre, mientras bebía tranquilamente de su copa de vino.

—O un nuevo financiamiento—propuso Ochako, la actriz que desempeñaba el papel de pareja del protagonista dentro de la serie, mientras degustaba de un trozo de queso importado.

—Tal vez ambas—se limitó a decir el rubio, meciendo su propia copa en círculos.

Cuando el escenario se iluminó y en él apareció la jefa de dirección todos guardaron silencio y se enfocaron en la morena de cabello rosa. Esta última se aclaró la garganta y con emoción les dio las gracias a todos por asistir antes de darles la información importante.