Renacer.

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Abrió los ojos desorbitado al mismo tiempo que un dolor insoportable se apoderaba de su cuerpo.
Su visión fue borrosa un instante, como si sus ojos estuvieran llenos de lágrimas que ni con parpadeos daban paso libre a su mirada. Cuando su vista fue lo suficientemente nítida para discernir lo que le rodeaba, los ojos acuosos de color verde esmeralda fue lo primero que enfocó.

Desespero, eso veía en la expresión ajena que en esos momentos le resultaba tan reconfortante al ser conocida.

El dolor paralizante se expandía por todo su cuerpo con la misma sangre que lo mantenía con vida y casi se queda sin respirar cuando los brazos fuertes le rodearon y, el dueño de estos últimos, escondía su rostro en su pecho mientras lloraba y susurraba cosas que no podía comprender.

Su mente estaba nublada, acababa de tener un sueño muy extraño; uno donde se encontraba suspendido en el espacio con la única compañía de lo que parecía ser la esencia de All Might. Era tan extraño que no comprendía que significaba y cómo había llegado ahí.

Quiso mover su mano, pero le fue imposible, el dolor que se asentaba en cada célula de su cuerpo le hacía querer soltar un grito de agonía con el más mínimo intento de moverse.

Entonces por fin pudo escuchar algo.

《¡Kacchan, resiste un poco más y no vuelvas a dormir!》

《¡El ayuda ya viene en camino, solo sigue despierto!》

La voz que le llamaba y durante años le resultó molesta ahora era como escuchar a un ángel que extrañamente estaba desesperado y le llamaba desde la lejanía. Casi podía sentir que estaba a metros de él y no rodeando su cuerpo doliente.

Respirar también era un martirio. Cada que sus pulmones se llenaban del aire con olor a sangre y muerte, sentía que estaba por desfallecer. Exhalar también era doloroso, aunque menos que inhalar.

Los recuerdos encarnizados llegaron pronto a su memoria sin ningún tipo de mesura, generando en su ser una sensación de temor y preocupación para la que no tenía energía de lidiar.

Supo que era el fin. Que estaba en su lecho de muerte.

Lo sabía porque se había llevado al límite segundos antes de terminar en esa posición. Se había arrastrado al punto de perder el control en su propio poder y, como consecuencia, ahora sufría.

Y también entendía porqué sufría Deku. Ese nerd siempre preocupado por todos menos por él mismo. ¿No se daba cuenta de que si no regresaba a pelear tendría el mismo destino? ¿Era tan tonto que no podía entender que no podía acabar como él?

Intentó hablar, sin embargo su voz se ahogó en un gemido doloroso a mitad de su garganta.

Pero tenía que hablar. Tenía que decirle a Izuku que debía ganar, que debía dejar de preocuparse por él y dejarlo, pues ya no tenía solución. Tenía que decirle que, pese a todo, aún lamentaba su pasado y deseaba haberlo hecho mejor para solucionar las cosas.

Su intento por emitir su nombre fue infructuoso.

¡No, no cierres los ojos!》

《¡Katsuki Bakugou, te estoy hablando en serio! ¡No te duermas!》

《No me dejes... por favor》

La voz se fue perdiendo como las cosas bellas que se lleva la vida e hizo un esfuerzo más fuerte por respirar profundamente. El olor a petricor, mezclado con el resto de olores que ya había identificado, picó en sus fosas nasales, advirtiendo que llovía desde hacía rato, y decidió que, entonces, si estaba a punto de morir se daría la oportunidad de sentir por última vez el impacto de la lluvia en su piel helada.

Historias Katsudeku/DekukatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora