No puedo imaginar un mundo en el que tú no estés.

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Se siente como debajo del agua.

Todo lo que escucha es una voz que le murmura algo indescifrable en la lejanía, no huele nada, su propia voz no sale, y sus extremidades se sienten como suspendidas en el espacio.

No sabe qué pasa, dónde se encuentra o cómo llegó ahí, pero de alguna manera, siente una profunda tristeza. Siente un vacío tan profundo y tan inmenso que le consume y le paraliza.

Y entonces se despierta.

Ha sido otra noche con el mismo sueño.

Ya han pasado seis meses desde que todas las noches es azotado con el mismo sueño y al despertar solo es capaz de sentir las trazas de la tristeza que en el sueño manifiesta.

Y quizá ha sido tanto el tiempo en el que el ciclo se ha repetido, que esos últimos días el vacío también ha comenzado a sentirse más real.

No.

Ese lleva sintiéndolo desde hace seis meses.

Y es que no recuerda bien lo que le sucedió, tampoco lo que era su vida antes del accidente, sólo eso, que ocurrió un accidente.

Un accidente en una pelea en una carretera, o eso es lo que le explicó su madre con el rostro lleno de lágrimas y mocos luego de que un grupo de profesionales de la salud lo inspeccionaran apenas despertar desorientado en una habitación de hospital sin siquiera recordar su nombre.

Ese día irónicamente lo recuerda con extrañeza. Recuerda que luego de haber hablado con su madre, un gran grupo de personas se presentó a su encuentro, manifestando ser sus amigos y llenandole de regalos mientras le aseguraban que un día terminaría por recordar todo.

Y sí, paulatinamente había recordado un par de cosas, como que era profesionalmente un héroe y que aquellos amigos suyos eran también sus colegas.

Al paso del primer mes, recuperó sus recuerdos con Ochako, su mejor amiga, a Tenya, el novio de Ochako, a Tsuyu, su colega más sincera, a Denki, su efusivo amigo que siempre lo hacía reír, y a Mina, la chica de curiosas antenas que siempre le contagiaba de su energía.

Aoyama, Hagakure, Kirishima, Yaoyorozu, Todoroki, Satou, Shoji, Tokoyami, Jirou, Koda, Ojiro, Sero y Mineta también regresaron a su memoria, y más pronto que tarde, todos ellos se turnaban para echarle un vistazo cada tanto y registrar sus mejorías.

La policía y All Might -al que sorpresivamente recordó apenas verlo días después de despertar- le explicaron por qué aún no podía reintegrarse a sus actividades al estar todavía debajo de los efectos de un don, pero no le explicaron nunca los pocos detalles que sabían ni por qué parecían tan preocupados por él.

¡Él se sentía bien!

O bueno, lo hacía al menos el noventa por ciento del tiempo, cuando se deshacía rápido de la profunda tristeza y el vacío inexplicable que le consumía.

No obstante, lo cierto es que aquello sólo era un engaño.

El vacío nunca se iba, aunque sí había veces que lo sentía con menos intensidad.

Y siempre, sin saber por qué, cada que la puerta de su departamento se abría cuando uno de sus colegas iba a visitarlo/vigilarlo, se encontraba a sí mismo deseando que por la puerta apareciera alguien más... alguien diferente.

No sabía a quién esperaba, y por más que se forzaba, en su mente no parecía haber más que una laguna gigantesca.

Evidentemente, sus amigos lo notaron, pero luego de que se quedara sin respuesta cuando le preguntaron que esperaba las primeras veces al notar su añoranza, terminaron por acostumbrarse al hecho de ver su rostro lleno de decepción al no ver tras la puerta a quien esperaba.

Historias Katsudeku/DekukatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora