━ Thirty Five ━

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Los dirigibles en el cielo flaqueaban a su pesar, sus enormes sombras oscilaban sobre el paisaje desolado de la ciudad de Tokio. Ciertamente, después de vencer todas las cartas de números, quedamos en una especie de intervalo, no ha habido señal alguna de juegos bajo los dirigibles y aún habían personas dispuestas a averiguar lo que es Borderland, pues varios ex-miembros de la playa se encargaron de reparar algunos autos y divagar por la ciudad entera en busca de respuestas.

Sin embargo, estaban muy lejos de eso. De aquellos chicos que se tomaron el atrevimiento de salir de la ciudad, o intentarlo, no se ha vuelto a saber nada.

Por más que tuviera tantas dudas, decidí aferrarme a una cosa. Abandonar este mundo retorcido, donde los juegos mortales dictan el destino de las personas. 

Todavía existía un grupo de sobrevivientes, con plena esperanza en regresar, otros fueron duramente golpeados por la realidad y desistieron, mientras yo me veía obligada a luchar para obtener mis respuestas, aun cuando mi esperanza se desmoronara poco a poco.

Giré mi vista hacia la ventana del edificio donde nos refugiábamos mi hermano, Usagi y yo; mientras hundía mi cabeza en mis pensamientos, dejando que me consumiera una vez más la ansiedad. Pues, la ausencia de los juegos bajo las sombras de los dirigibles, o cualquier otra arena existente, no significaba seguridad. La incertidumbre nos perseguía como una sombra y la pregunta de qué sucedía realmente en Borderland nos mantenía sumamente intrigados.

━Himeko.

La voz de mi hermano me sacó de mis pensamientos, rápidamente sequé las lágrimas que habían caído por mi mejilla sin darme cuenta.

━¿Qué sucede?━ respondí intentando modular mi voz y regular mi entrecortada respiración.

━Tranquila, Meko.

Se acercó a envolverme en un dulce abrazo, estos días "tranquilos" nos habían servido a Arisu y a mí para entendernos mejor, para comprender los sentimientos del otro, incluso cuando le oculté aquello... Arisu nunca me juzgó.

━Gracias, Arisu━ sonreí.

Su apoyo me reconfortaba, recordándome que no estaba sola en esta batalla; pero la ventana del edificio también servía como el constante recordatorio de la realidad exterior, dejándonos ver los dirigibles, sin saber a qué nos enfrentaremos y recordándonos que la seguridad aquí, en Borderland, es efímera.

Los sonidos de los motores de unos coches se hicieron presentes y llamaron nuestra atención, ambos miramos por la ventana para apreciar como llegaban muchas personas al mismo cruce principal, al cruce de Shibuya, donde todo empezó para nosotros.

━¡Arisu, Himeko! ¡Son los de la playa!━ exclamó Usagi, entrando por la puerta principal de la habitación.

━¿Todavía hay gente viva de la playa?━ pregunté extrañada.

━No todos murieron esa noche, hermanita.

Asentí y rodé los ojos al mismo tiempo que seguía a los dos chicos hacia la entrada principal del edificio.

Al llegar a la planta baja aprecié a varias personas juntas, debatiendo sobre algo, probablemente sobre la segunda etapa. Ver a tantas personas en un solo lugar me daban ganas de vomitar. Sin embargo, logré diferenciar una cabellera que llamó mi atención de inmediato.

━¡Chishiya!━ grité con emoción caminando hacia el peliblanco.

━Cuánto tiempo, Himeko.

Chishiya, con su característica presencia intrigante, me recibió con un beso y una pequeña sonrisa, sin mostrar sus dientes. Aunque su actitud solía ser más reservada y distante, en ese momento, sus ojos revelaban un brillo de complicidad, como si compartiéramos un secreto en medio de la incertidumbre. Como unos amantes bajo la luz de la luna.

ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀʀsᴇ ᴇɴ ʙᴏʀᴅᴇʀʟᴀɴᴅシ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora