¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DÍA 04: INSTINTOS DRACULE MIHAWK/CROCODILE
──Ahora que hiciste── Mihawk no es una persona que pierda el control pero recibir una llamada a la mitad de las clases no era parte del trato, al otro lado puede escuchar la voz de Doflamingo.
──En realidad está vez no fui yo── el alfa rubio trata de defenderse pero es en vano, cuando escucha el gruñido de Mihawk ──Se que es difícil de cree hasta yo me sorprendí pero no fui yo....
──Entonces quién... Shanks.... Buggy.... Tú hermano..... Benn.... ¿Quien diablos es?── para este punto el Omega mayor está perdiendo la paciencia y el rubio al otro lado de la línea respira con pesadez.
──Es Crocodile...── al parecer a Doflamingo le cuesta trabajo decir el nombre o también está tan sorprendido como Dracule que se toma su tiempo para seguir hablando ──El perdió el control... Si sabes de lo que estoy hablando Mi.
Y mierda, Mihawk sabe de qué está hablando aún así es imposible creer que alguien como Crocodile haya perdido el control de sus propios instintos.
──Donde está ahora── Mihawk no pregunta solo exige la ubicación del mayor y Doflamingo no tarda en marcar unas cosas del otro lado y el tono de notificación está sonando en el teléfono.
──Te diría que tengas cuidado pero eso es imposible así que suerte para Coco── el alfa también sabe que Mihawk no dará respuesta y colgará la llamada sin embargo el se adelanta y cuelga.
Dracule está bien con eso, solo revisa sus notificaciones y ve el mensaje de Doflamingo, la ubicación que marca no es nada más que el departamento del alfa pelinegro. Con toda paciencia que puede y tiene va en busca de su coordinador y pide una justificación para abandonar la universidad, este con duda le entrega aún así le permite su salida y ve como el Omega de ojos dorados toma un taxi.
Una vez que Mihawk logra llegar a la residencia de su amigo, no se sorprende para nada lo lujosa que es, hasta puede decir que este departamento lo ganó en una apuesta en casinos y eso no es lo que importa solo la tarjeta que tiene en su bolsillo.
El Omega camina como si la residencia fuera suya y puede ver a los sirvientes de Crocodile estar intimidados, no es que Mihawk haya pisado antes este lugar, también supone que tiene que ver con el alfa y antes de que alguien pueda decir algo muestra la tarjeta y sigue avanzando hasta el ascensor, presiona el botón que da al quinto piso.
Una vez que las puertas se abren el Omega avanza un poco para luego desplazar la tarjeta y la puerta se abra, el ingresa y deja caer todas sus cosas en la mesa de al lado.
Todo el lugar grita a quien le pertenece y eso incómoda un poco a Mihawk quien está acostumbrado al color lúgubre y no a uno que brilla más que su propia alma.
Por eso mismo toma asiento en el sofá de cuero negro, agradece bastante haber dejado su saco en la cómoda y solo tiene que desabotonar tres botones de su fina camisa, se toma las glándulas de olor y las masajea para que desprendan su aroma.
Es un poco complicado al principio ya que está acostumbrado a tomar supresores y usar parches de olor para ocultar su aroma que es y al mismo tiempo no dulce, vino con sándalo y toques a canela. No es tan atractivo para un alfa común, Mihawk está feliz por eso a excepción cuando Shanks se burla de lo muy Omega que es al tener esa fragancia.
Pero no es por Shanks por quien está acá es por Crocodile por quien sacrificó sus últimas horas de conocimiento, el alfa debe sentirse afortunado porque si fuera otro hubiera olvidado el llamado y una vez que cierra los ojos por unos instantes y los vuelve abrir una vez que siente la mano cálida adornada con anillos de oro, ojos verdes brillantes que gritan peligro.
Un peligro que Mihawk está acostumbrado y no diga en sostenerle la mirada casi animal, hasta se atreve a formar una pequeña sonrisa.
──¿Por qué estás aquí, pequeño alcón?── pregunta Crocodile, casi conteniendo sus instintos primitivos, lo que no ayuda son las feromonas y la erección que ahora está sufriendo.
──Recibi una llamada no tan grata en mis horas de estudio── responde casual y con toda la normalidad del mundo, como si eso no lo hubiera molestado en un instante ──Ya te puedes imaginar de quién.
Crocodile gruñe, ya sea por lo chismoso que fue su compañero de clases o porque sus instintos gritan reclamar al omega que está delante de él, servido en bandeja de oro.
──Lo quiero matar── reconoce el alfa y Mihawk puede ver cómo se está controlando el mayor ──Me gusta tener mi vida privada.
──Es mejor cometer un asesinato en privado que en público── la burla no se puede sentir en las palabras del Omega pero si en sus ojos de oro derretido que atraen a Crocodile como abeja a la miel ──No tengo todo en contexto de lo que acaba de pasar aya, tampoco es como si me importa, sin embargo tenemos un trato y ese trato se basa en que debo de ayudarte.
──Amaneciste muy hablador o las malas mañas del pelirrojo se te están pegando── ahora es el turno de burlarse de Crocodile aún así no quita su mano y lo lleva a los labios pálidos ──No debes estar aquí, no en tus horas de estudiom
Mihawk sabe que esto es una oferta de que se retire, sin embargo ya estaba acá, no era momento para dar vuelta atrás y solo tira del abrigo para que sus labios se encuentren.
──Solo cállate y no seas tan imbécil── dice en el beso y siente como el alfa se suaviza a su alrededor y cae dormido ──Asi estás mejor.
Mihawk se siente bien, está era otra de las razones por la cual tomaba supresores y en unos minutos tiene al alfa acostado en su regazo y con el celular en la mano, no es fanático de la tecnología, saca una foto y se la manda a Sanji.
Con el siguiente mensaje: «Cuidar de un alfa no es fácil, pero adormecerlo antes de que sea demasiado tarde es divertido»
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
