En cuanto Aemon colgó el teléfono. Frank no dudó en querer lanzarse encima de él. Hicieron falta tres miembros de las espinas para poder contener al enorme hombre.
—Ya hablaste con él, ahora déjala en paz. —Le exigió casi gruñendo Frank. Hope estaba sujeta de ambas manos y amordazada.
—Aún tengo que averiguar qué nivel de posesión tienen todos ustedes —Le respondió Aemon poniéndose frente al sacerdote —Hay algo que no entiendo padre Franklin— Prosiguió —¿Por qué lo protegieron durante todos estos años? Ustedes estuvieron el día que llegó a esta iglesia. Y tengo entendido que tú, lo viste en su verdadera forma —Dijo señalando a Hope.
—Era solo un bebé. —Le respondió Frank. —¿Qué querías que hiciéramos? ¿Dejarlo en la calle para que muriera?
Aemon se quedó mirándolo alzando una ceja.
—¿Parecía obvio no? —Respondió. Frank de nuevo trató de írsele encima, pero sin éxito. —Por culpa de su corazón débil y fácil de manipular por el demonio, ahora todos corremos un peligro mortal. Si logramos separar al demonio de la carne, todo seguirá normal. Si no...
—Si no, el chico se convertirá en un mártir ¿verdad? —Dijo Frank. Aemon se le acercó aún más al padre, a tal punto en el que estaba muy al alcance de las manos de Frank.
—Veremos si resiste, primeramente. —Le dijo en un susurro arrogante. —Por qué sé que vendrá.
—Si viene, te arrepentirás— Le dijo Frank. Mientras con un ágil movimiento, logró tomar del cuello de la túnica al padre Aemon. —¿Qué te hace pensar que podrás con él?
Pero Aemon simplemente sonrió. Los otros miembros de las espinas de la corona se acercaron, pero Aemon los detuvo con un ademan de la mano. En ese momento, Aemon le regresó una sonrisa igual de arrogante a Frank, de un fuerte golpe, hizo que la mano de Frank rebotara, liberándose de su poderoso agarre. Para solo segundos después ser derribado y estrangulado en un rápido movimiento por Aemon. Quedando completamente sometido y sintiendo como su garganta y el flujo de sangre hacia su cabeza se iba acabando de poco a poco.
—Por qué a esto nos dedicamos nosotros —Le dijo a Frank mientras su mirada se iba oscureciendo por la falta de oxigenación. —Las espinas de la corona hemos luchado con los intentos demoniacos de pasar a este reino durante generaciones. Somos el escudo y la espada del Vaticinio.
Antes de que Frank quedara completamente inconsciente, Aemon lo liberó de su poderoso agarre. Frank dio una enorme bocanada por instinto, quedándose tosiendo en el suelo para recuperar el aliento.
—Hermanos, el chico vendrá pronto. Estén preparados, seguramente la provocación haga salir a su verdadero ser.
Mientras los demás miembros de las espinas comenzaban a avanzar hacia los puntos estratégicos de la catedral. Hope comenzó a balbucear algo inentendible por la mordaza que tenía. Aemon sonriendo de esa manera arrogante se acercó y la desato de la boca para poder oírla.
—No saben a qué se enfrentan. —Le dijo Hope en un tono increíblemente amenazante. —Yo sé perfectamente de lo que es capaz por los que ama.
Sin embargo, Aemon sonrió ampliamente al escucharla. Aun con una mirada tranquila que estaba encajada en la de Hope.
—Te aseguro que él no puede amar.
—Te equivocas. —Le espetó Hope sonando igual de arrogante. —Su padre lo volvió humano, él claramente sabe amar.
—¿Por qué estás tan segura? —Le preguntó confiado.
— ¿Por qué otra razón estas tan seguro que viene por nosotros? —En el instante en que Hope le dijo eso, Aemon cambió su confiada expresión por una mirada seria y con un ligero atisbo de molestia.
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Sweet Demon Heart :el Dulce Corazón De Un Demonio
Fantasy¿Que se espera del demonio de la destrucción, cuando vive en el corazón de un simple y noble jovencito? Es la pregunta que una ángel elite de batalla se hace cuando conoce a Dante, un chico de 16 años que a pesar de tener un corazón dulce y amable...