La mañana presentaba una suave lluvia mientras el cielo de un color gris pálido evidenciaba las ráfagas de viento al mover las nubes bajas que se arremolinaban sobre Dante. Las gotas que caían tímidas sobre la superficie eran casi imperceptibles de no ser por los charcos en el suelo que repiqueteaban constantemente con su caída. Aun siendo una mañana fresca, Dante sentía aquel calor incomodo en el pecho. Revisando de nuevo su teléfono estaba indeciso si mandar aquel mensaje tan temprano para Jaqueline. Con todo lo que había pasado ayer y con el hecho de que sus padres querían conocerlo, decirle que viajó al infierno y que ahora cambios más extraños le estaban pasando, le parecía inoportuno, incluso grosero si llegaba a preocuparla más.
Por otro lado, Dante estaba asustado por no saber que significaba la roca en su pecho y que su ardor no disminuyera. Simplemente volvió a escribir en su teléfono. Deseándole a Jaqueline buen día y que si no era mucha molestia, pudieran verse esa tarde.
Pero si eso no fuera poco, estaba aquello que aquel hombre, el padre Aemon sabía de su madre. Le resultó curioso que Lucifer esa noche en su sueño, le hubiera insinuado exactamente lo mismo. Pero solo obtuvo como respuesta la acusación de que fue su padre, un hombre aún más desconocido, quien aceptó que Und-kahár viviera dentro de él.
De pronto un sonido llamó su atención. El sonido de alguien golpeando a la puerta.
Era Charly quien estaba frente al portón con ropa deportiva. Extrañado de por qué el chico había dado con su dirección, Dante acudió a recibirlo en la entrada.
— ¿Qué haces aquí?—Le pregunto al joven de piel oscura. Charly mantuvo el silencio un poco más hasta que se armó de valor para poder gesticular.
—Ayer te fuiste muy rápido de la plaza. Solo quería agradecerte por lo que habías hecho. —Confesó con timidez.
Dante entendió que el chico en verdad mostraba una genuina gratitud hacia él y se sintió cohibido.
—No te preocupes, no fue nada. —Le dijo para aligerar el ambiente que para él se comenzaba a volver incómodo.
—Ah y... la rubia fue quien me dijo que vivías aquí. Espero que no te moleste. —Le dijo Charly intuyendo el desconcierto de su inesperada visita.
—No, para nada. —Internamente, Dante pensó en reclamarle a Joyce después. —Siéntete bienvenido. —Le dijo invitándolo a pasar.
—Oh, gracias pero, solo iba de paso. — Le dijo Charly. — Voy a practicar un poco en la cancha. ¿Quieres venir?
Dante se lo pensó un momento. No es que fuera muy hábil con los deportes, el preferiría el futbol de contacto rudo. Pero las ligas de baloncesto de Anaghak no le eran desconocidas. Dante pensó que se le presentaba una oportunidad única, tenía años sin convivir con personas de su edad. La primaria y secundaria las había cursado en escuelas públicas cerca del centro de la ciudad. La preparatoria había sido en privado. Con solo clases en línea y algunos exámenes presenciales en la sede del instituto que estaba afiliado a la universidad de Ruga. Pero claro, había sido idea de Peter que Dante no se interesara tanto en entrar a dicha universidad para poder asistir a la universidad de Hudsonville.
Pero ahora que su relación con Jaqueline se había tornado oficial, no pensaba que fuera buena idea irse a otra ciudad. Aunque bueno, para eso faltaban varios meses, sin contar que quizá al mundo no le quedaba tanto.
—Si claro, vamos. — Le respondió Dante. —Solo dame un momento.
El chico cerró la puerta y rápidamente se fue a vestir mejor para la actividad. Tomo sus llaves y algo de dinero. Antes de salir volvió a darle un mensaje a Jaqueline, solo comentando que saldría con Charly un rato y regresaría antes del medio día para poder verse.
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Sweet Demon Heart :el Dulce Corazón De Un Demonio
Fantasy¿Que se espera del demonio de la destrucción, cuando vive en el corazón de un simple y noble jovencito? Es la pregunta que una ángel elite de batalla se hace cuando conoce a Dante, un chico de 16 años que a pesar de tener un corazón dulce y amable...