Las miradas atónitas de Joyce y Charly simplemente no desaparecían de sus rostros, a pesar de que Jaqueline había ocultado de nuevo sus alas y sus pies estaban posados sobre la tierra de nuevo. Sin embargo Dante era quien no podía ocultar aquella roca ardiente que le había quemado la camisa y dejado parte de su pecho al descubierto. Unas cuantas líneas anaranjadas brillantes, como venas de lava que salían de aquella roca en forma de corazón de su piel se veían a simple vista.
-Jaqui...-Dijo Joyce por fin, pero su voz era como el de un susurro lleno de pánico. -Jaqui...
-Joyce... solo déjame explicarte. -Dijo la chica tratando de sonar lo más calmada y comprensible que podía.
Sin embargo, La chica solo negó con la cabeza. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y no podían hacer más que respirar pesadamente.
- ¿Qué carajos eres?- Preguntó poniéndose a la defensiva. - ¿Qué carajo son los dos?
-Joyce soy yo. -Le dijo Jaqueline tratando de dar un paso hacia ella.
-Tu madre me había dicho que sentía algo raro en ti desde hace días. -Le dijo sonando molesta pero asustada. -Yo, creí que era por Dante pero ahora... ¿Qué rayos son ustedes dos?
-Joyce. -Dijo Dante tratando de cortar distancia entre ellos, pero en ese momento, la expresión de la rubia pasó de la molestia a reflejar de nuevo ese pánico. Instintivamente Charly se puso frente a ella resguardándola. Dante sintió aún más aquel rechazo por parte de sus amigos, ahora Charly también lo miraba así. Sabía que debía actuar con cautela. Era comprensible que se hubieran asustado y más ahora que aquello extraño en Dante no se podía ocultar.
Jaqueline le hizo una seña a Dante para que se detuviera, esto era algo que ella debía arreglar.
-Mamá me preguntó lo mismo esta mañana. -Le dijo a su prima de manera queda. -Sigo siendo Jaqueline, pero... no soy lo mismo que era antes. -Le confesó ella sin encontrar las palabras correctas que debía decir.
- ¿Eres o no eres mi prima? -Preguntó Joyce tajantemente. Se notaba de lejos la tensión en el semblante de la rubia. Dante ya lo había visto antes, cuando ella lo había amenazado aquella noche. Joyce no se andaba con rodeos y no le sorprendería que de la nada sacara un chuchillo oculto tras sus espaldas. Pero por ahora lo único afilado que tenía era su mirada y su lengua.
Jaqueline respiró hondo y soltó un pesado suspiro mientras dejaba caer la mirada al piso. Dejando que algunos mechones de su largo cabello negro cubrieran su rostro.
- Soy un Servidor Celestial, división de seguridad y milicia, rango Gamma versión 003-EL, implantado en la forma biológica de lo que era Jaqueline Hills. Mi nombre es Andkaél. - Dijo Jaqueline, tal cual como se lo había comentado a Dante cuando se mostró ante él. Jaqueline hizo una pausa para que las expresiones faciales de Joyce indicaran que estaba terminando de procesarlo en su cabeza. - Soy un Ángel. -Le dijo por fin. La mirada de Joyce pasó por muchas etapas en pocos segundos. - Pero también soy Jaqueline Hills, al menos la parte que sobrevivió después de... ese incidente. -De nuevo se detuvo para que Joyce terminara de atar cabos.
-Después de que te encontrara en la piscina...-Dijo Por fin Joyce. Unos segundos después. Esta se llevó una mano a la boca para tratar de silenciar el llanto. -Dijeron que, prácticamente habías muerto. -Dijo Joyce comenzando a llorar abiertamente. -Te convertiste en esto por que moriste.
-Como te dije, es más complicado que eso. -Le dijo Jaqueline con la voz sollozante. -Es como si una parte de Jaqueline no estuviera completa, y yo sustituyo eso. Aunque es complicado porque siento cosas, emociones humanas que no puedo controlar o comprender. Y decir por fin esto abiertamente duele, pero me hace sentir bien. -En ese momento, Jaqueline miró a Dante recordando lo que le acababa de decir hace un momento. -No soy ni una ni otra, soy algo nuevo, algo... diferente. -El chico le regresó la mirada con una sonrisa. -Pero aún estoy descubriendo quien soy en verdad.
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Sweet Demon Heart :el Dulce Corazón De Un Demonio
Fantasy¿Que se espera del demonio de la destrucción, cuando vive en el corazón de un simple y noble jovencito? Es la pregunta que una ángel elite de batalla se hace cuando conoce a Dante, un chico de 16 años que a pesar de tener un corazón dulce y amable...